"Esto no es un almacén de viejos", proclamó ayer de forma contundente María José Calvo, la directora del Centro de Mayores de la Fundación Novacaixagalicia, para tratar de borrar la falsa imagen que tienen de esta instalación quienes no conocen su funcionamiento, que celebra ahora sus cincuenta años de existencia. En sus orígenes se denominó Club de Jubilados y desde 1963 hasta 1983 no admitió a mujeres en su seno, aunque en la actualidad son mayoría entre sus numerosos asociados.

Un guateque al estilo de los años sesenta que se celebrará mañana en el centro cultural de la Fundación Novacaixagalicia será el primero de los actos con el que se conmemore el medio siglo de vida del Centro de Mayores, que además abrirá el día 28 una exposición de pintura con las obras realizadas por los participantes en sus talleres artísticos. Otra de las iniciativas programadas es una actuación del grupo de títeres en el hospital Materno Infantil el 12 de diciembre, así como una conferencia sobre coaching para mayores el 18 de diciembre y un flashmob de Navidad que se realizará a comienzos del próximo año. También en esas fechas se pintará un grafiti en la fachada del centro que mira al Orzán y se celebrará un encuentro de los 12 centros de mayores de la fundación en Galicia.

María José Calvo aclaró que esta instalación no es un centro de día, sino de "envejecimiento activo", puesto que los mayores acuden para llevar a cabo todo tipo de actividades. En la actualidad utilizan sus servicios unas 3.000 personas y entre 700 y 800 socios toman parte en sus iniciativas, en las que se ofertan más de un millar de plazas, que se cubren por completo, ya que algunas personas participan en más de una.

El centro nació con carácter gratuito, pero los recientes cambios ocurridos en la fundación obligaron a establecer una cuota, que es de tan solo 10 euros al año para los clientes de Novagalicia Banco y de 30 para quienes no tienen relación con esa entidad financiera. Calvo asegura que la implantación de la cuota no generó bajas entre los asociados, ya que la cantidad que se cobra es muy reducida.

Asesoría jurídica, biblioteca, cafetería, ciberaula, peluquería, podología, prensa diaria, gabinete psicológico, masajista y billar son algunos de los servicios del centro coruñés, en el que además se organizan actividades como risoterapia, pintura, yoga, música, taichí, informática, excursiones, fiestas, gimnasia, baile o cursos de arte.

"Mi padre ya era socio y comencé a venir aquí con él", comentó Mariol Garea, una de las personas que acuden con frecuencia al centro y que ayer participaron en la presentación de los actos organizados para festejar su cincuentenario. "Hay un ambiente muy bueno y lo pasamos francamente bien", comentó sobre su experiencia en el grupo de teatro del centro, al que asegura "sacarle jugo a los 10 euros al año", ya que es una asidua de su servicio de comidas, que le permite llevarse a casa un menú completo por tan solo 9 euros. Mariol fue además una de las seleccionadas para participar en la campaña de los centros de mayores de la fundación, para la que se efectuó un casting con usuarios de toda Galicia.

"Soy el único socio que participa en todos los juegos del centro", manifestó Rafael Serrano, un cordobés que supera los 80 años y que lleva 17 de socio. Su afición por estas instalaciones llega a tal grado que su mujer asegura que pasa más tiempo en ellas que en su casa, según explicó María José Calvo.

Las manualidades son una de las múltiples ocupaciones de Mari Carmen Vizcaíno en el centro, donde participa en los talleres solidarios cuyas creaciones se venden para obtener fondos que luego se entregan al Refugio del Padre Rubinos. Estos trabajos son confeccionados tanto en el centro como en los hogares de los asociados, muchos de los cuales "los hacen y luego los compran ellos mismos", como comentó Mari Carmen para poner de relieve la solidaridad que inspira a estas actividades, con las que se llegan a recaudar hasta 6.000 euros al año.