La Policía Nacional trata de hacer frente a la oleada de robos sin precedentes que está viviendo la ciudad en los dos meses de verano. La última embestida de los ladrones se aprovechó del pasado puente. Entraron hasta en 29 pisos, según las denuncias interpuestas, por toda la ciudad. No hubo grandes botines individuales esta vez. Joyas y, sobre todo, pequeñas cantidades de dinero, fueron la cosecha de las bandas que están actuando en la ciudad. Las entradas con fuerza en domicilios en julio fueron 50. En lo que va de agosto, ya suman 58.

Según informan fuentes policiales, los propietarios de los pisos asaltados el pasado puente, un total de 29, han denunciado la falta de joyas y dinero en metálico en no grandes cantidades. Suelen ser los principales objetivos de estos grupos, ya que les permite salir de los pisos y escapar con rapidez y sin llamar la atención.

El portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Leandro Díaz, confirma la excepcionalidad de la situación. "Esto no es para nada normal, se ha salido un poco de madre, siempre hay robos y más en verano, pero esta última época se está saliendo de lo lógico, es excesivo", señala.

A la treintena de robos del puente se le suman los 10 y 19 registrados en el primer y segundo fin de semana de agosto. Las zonas más castigadas entre los días 15 y 17 de agosto fueron Os Mallos (Ramón Menéndez Pidal, Ramón Cabanillas y San Luis) y Os Rosales (Emilio González López, Simón Bolívar y Alfonso Rodríguez Castelao). También entraron en viviendas de Adelaida Muro, Historiador Vedía, A Falperra, Juan Flórez, Primo de Rivera, A Palloza y avenida de Buenos Aires. El Ensanche y Os Castros fueron otros dos lugares damnificados previamente, en los inicios de la oleada de delitos de verano.

Aunque los robos con fuerza en domicilios entre enero y marzo disminuyeron en Galicia (-4,1%, frente a casi un -9% en el conjunto del país) tras continuos incrementos en el último año y medio, A Coruña fue la única urbe gallega de más de 50.000 habitantes en la que crecieron, según datos recogidos por la Delegación del Gobierno.

Los responsables del Cuerpo Nacional de Policía han visto incluso cómo, después de varias detenciones practicadas, las bandas organizadas que operan en la ciudad se recomponen con rapidez. El 12 de agosto, el 091 detuvo a cuatro mujeres de dos grupos diferentes por robos en pisos, después de interceptar un coche sospechoso e identificar a sus dos ocupantes. Tres días antes también anunciaron la detención de tres hombres después de que uno colgase en Facebook fotos vestido con la ropa que robó en un inmueble.

Fuentes policiales explican que son bandas itinerantes que se mueven constantemente y que han dejado su huella por todas las comunidades del norte de España, como Asturias y Euskadi. Describen a los asaltantes como rápidos y limpios: se instalan unos días, vigilan casas, fuerzan las cerraduras, buscan lo que está a la vista e incluso pueden llegar a salir sin llevarse nada. Prácticamente no remueven los domicilios en los que entran.

La Policía Nacional recuerda las recomendaciones que realiza cada verano para prevenir los robos en ausencia del inquilino. Entre ellas, no ser muy efusivos a la hora de anunciar sus viajes, dejar las llaves a algún vecino de confianza para que mueva las persianas y las alfombrillas o retire el correo del buzón y dejar algo de ropa tendida.

Las cúpulas policiales han decidido redoblar esfuerzos ante la creciente cifra de robos, como demandaban tanto la Confederación Española de Policía (CEP) y el Sindicato Unificado de Policía (SUP). Así lo reconoce Leandro Díaz, que explica que sí se han reforzado los equipos de investigadores con miembros de otras brigadas. A pesar de ello, el portavoz del SUP cree que hay "problemas de inmovilismo" que dificultan reaccionar con la mayor efectividad posible a este tipo de situaciones sobrevenidas. Aunque matiza que sí se están derivando esos miembros de la policía judicial pertenecientes a brigadas que no tienen tanta actividad, el sistema debería permitir que se diese respuesta a tiempo a las necesidades que van surgiendo en cada momento.

Leandro Díaz explica que las decisiones políticas suelen poner por delante el aumento de patrullas uniformadas -"porque se da una sensación de seguridad subjetiva"- de los grupos de trabajo de agentes dedicados a la investigación y resolución de los delitos denunciados.

El representante del sindicato policial advierte además de que el número de efectivos en la jefatura se ha reducido en 15 en la primera parte del año y que esperan que el cuerpo mengüe otro tanto en lo que resta de 2014, sin que se estén reponiendo los miembros perdidos debido a los recortes. Esto, añade, se agrava en el periodo vacacional.