La Autoridad Portuaria considera "absurdo" un planteamiento formulado ayer por el grupo municipal del BNG, que advierte en el reciente traspaso de la concesión del hotel Finisterre y de las instalaciones de La Solana una futura operación para vender los terrenos que ocupan en la zona de O Parrote, que son propiedad del Puerto. Los nacionalistas apoyan también esta sospecha en el cambio de la calificación urbanística que ha sufrido esa parcela en el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), al pasar de suelo dotacional público a dotacional privado.

Cuestionado por este periódico acerca de si tiene la intención de desprenderse de estos terrenos con su venta, el Puerto respondió criticando la teoría expuesta por el Bloque, pero sin contestar de forma expresa a la pregunta. "La Autoridad Portuaria afirma que el planteamiento del BNG es absurdo. Lo que se ha producido es una transmisión de los derechos de la concesión entre dos empresas, sin más intervención de la Autoridad Portuaria que la de autorizar la transmisión, de acuerdo con la ley de puertos", contestó el organismo.

El futuro del hotel Finisterre y de las instalaciones de La Solana continuará ligado a sus actuales gestores, las empresas Hesperia y Metropolitan, respectivamente, después de la venta de su concesión, tal como señalaron este jueves el responsable del hotel y fuentes de los anteriores propietarios de ambos activos. Lo que no ha quedado claro tras esta operación comercial es lo que va a ocurrir con el terreno en el que se asientan estas instalaciones, que es propiedad de la Autoridad Portuaria, y sobre el que el grupo municipal del BNG ha puesto la lupa después de que esa parcela de casi 30.000 metros cuadrados cambiase su calificación urbanística en la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM).

El BNG advierte en la compraventa del Finisterre y La Solana la "preparación de una gran operación de venta de estos terrenos", según denunció ayer el portavoz municipal, Xosé Manual Carril, en una rueda de prensa. Los nacionalistas basan su sospecha sobre esta maniobra en el cambio de calificación de la superficie, que tanto en el PGOM como en el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de Ciudad Vieja y Pescadería estaba considerado como espacio dotacional público y en la aprobación provisional y definitiva del PGOM se convirtió en terreno dotacional privado. Esta alteración, señala el BNG, revaloriza el precio del suelo, que si se vendiese, serviría para "resolver los problemas de financiamiento" del Puerto.

El BNG añade en la exposición de estos planes que atribuyen al Puerto que el organismo público podría vender directamente sus terrenos en O Parrote sin necesidad de convocar una subasta pública previa, ya que, señala, la Ley de Patrimonio de las Administraciones Públicas permite a la entidad titular de los bienes que están en régimen de concesión adjudicarlos de forma directa a los titulares actuales de las concesiones otorgadas.

El Finisterre y La Solana pertenecían hasta el pasado verano a la sociedad creada por el Banco Popular, la Fundación Barrié y el empresario Juan Carlos Rodríguez Cebrián, quienes traspasaron la concesión a dos empresarios vinculados a firmas hoteleras en una operación valorada en 12,5 millones de euros. La Autoridad Portuaria aclaró esta semana que no ha percibido ninguna cantidad por esta compraventa como propietaria de los terrenos.

Subasta paralizada

El suelo de La Solana y del Finisterre estuvo a punto de ser subastado por la Autoridad Portuaria en 2002, aunque el proceso fue paralizado por Puertos del Estado. Bajo la presidencia de Antonio Couceiro, la Autoridad Portuaria trató de desprenderse de esta parcela de forma apresurada alegando que la operación aportaría ingresos para financiar el puerto exterior, aunque no todos los miembros de su consejo de administración eran partidarios de la subasta. Finalmente Puertos del Estado no encontró razones de peso para seguir adelante con la venta al mejor postor y las instalaciones continuaron siendo gestionadas en régimen de concesión por Finisterre SA, filial del Banco Pastor.

Doce años después, el Puerto, que en el último mes ha cedido espacios urbanos de su propiedad al Concello entre San Diego y el dique de abrigo, no se pronuncia con claridad respecto a su titularidad sobre sus terrenos en La Solana.