Falta más de un mes -y un cambio de año- para que los Reyes Magos lleguen a la ciudad y su recibimiento empezó ayer a dar disgustos a pequeños y mayores desde las nueve y media de la mañana. Treinta minutos antes se habían abierto los mostradores para recoger las solicitudes de todos los voluntarios que querían ir, bien a pie, bien en tren o carroza, acompañando a Melchor, Gaspar y Baltasar en la cabalgata organizada por el Ayuntamiento la víspera de una de las noches más mágicas del año. La recepción se abrió a las nueve de la mañana, pero a las puertas del Ágora llevaban ya una veintena de padres, madres y abuelos desde bastante antes de las siete y media.

"La madre número ocho ya no tuvo plaza en las carrozas. Si solo se pueden entregar seis solicitudes -incluidas las de los adultos- y hay siete carrozas con 16 sitios cada una, las cuentas no dan", denunciaba ayer Beatriz Barcia, que se quejaba de que se estaba "jugando con la ilusión de los niños". Teresa Martínez se puso a la cola a las 07.30 horas, la atendieron a las 10.00 y ya no consiguió carroza.

El Gobierno local defiende que, ayer, se agotaron todas las plazas disponibles a la una de la tarde y que se recogieron 898 solicitudes de participación y que unas 200 se quedaron en la lista de espera de figurantes. Dice también que fue 45 minutos después de que se abriese la recepción de expedientes cuando se acabaron las plazas para las carrozas. El Gobierno local, a través de una portavoz, niega todos los testimonios de las madres y padres que manifestaron ayer que, antes de que se supiese que ya no había sitio en las carrozas, habían entregado sus solicitudes menos de diez adultos y asegura que se adjudicaron "más de cien puestos para ir en las carrozas".

En los mostradores, a quienes preguntaban por qué se habían acabado las plazas si en los pliegos técnicos de la contratación del alquiler de las carrozas consta que las siete estructuras tienen que "contar con espacio suficiente para albergar a 16 figurantes infantiles y dos monitores", les respondían que había un mínimo -no especificado en ningún documento- "de ocho plazas" para cada una de las carrozas, delimitado por "su diseño". Y es que la propuesta artística "no se ha cerrado todavía", por lo que la adjudicación de plazas puede "variar para más", según puntualizó ayer el Gobierno local.

Esta explicaciones no fueron suficientes para convencer a los que se habían puesto a la cola a las siete y media de la mañana así que, algunos, como Javier y sus dos acompañantes, cubrieron un formulario de queja para expresar su malestar por escrito al Ayuntamiento. "No es normal que no nos digan ni cuántas plazas hay ni cuántas carrozas. Que digan la verdad, que si eres la primera madre sí que puedes apuntar a tus niños en la carroza, pero que si eres la quinta ya no, porque tienen las plazas dadas", denunciaban ayer dos madres, que habían cogido sitio en uno de los trenecitos y que, al llegar a casa, le iban a tener que decir a sus pequeños que no irían repartiendo caramelos, mano a mano, con Melchor. Muchas de las madres que habían cubierto el papel quejándose del trato recibido aseguraban que no esperaban ya tener ninguna respuesta, pero sí querían que la situación no se repitiese en 2015.

El BNG se unió ayer a las quejas de los padres afectados y solicitó al Gobierno local que explicase "cómo se otorgaron las plazas y a quién". Los nacionalistas criticaron que se publicitase "la oferta de figurantes solo por aparentar, cuando las plazas ya estaban dadas".