A Coruña registra un total de 3,9 millones de metros cúbicos de agua "no medida", lo que supone un 10,98% del total de agua potable producida al año, que ronda los 36 millones de metros cúbicos. Este agua "no medida" responde a la parte que no se contabiliza por medio de un contador, principalmente, por responder al uso que hacen de ella diferentes servicios municipales. Emalcsa explica que cada día se dejan de facturar 106.000 metros cúbicos de agua aproximadamente, lo que corresponde a tres piscinas olímpicas. "Es un concepto más global de lo que es el agua que se pierde. Nosotros siempre hablamos de agua no contabilizada", resaltan fuentes de la empresa municipal.

Aún así, Emalcsa destaca que A Coruña es una de las ciudades de España que menos agua no medida registra al año. "La media española asciende a un 25% de agua no medida y A Coruña contabiliza tan solo un 10,98%", indica su responsable de comunicación, Miguel Pampín.

El agua no medida es, por ejemplo, aquella que se emplea en las duchas de las playas, las bocas de incendios, los riegos automáticos de los parques... También dentro de este agua no contabilizada por Emalcsa entran las fugas no controladas en tuberías y los "robos" de agua que se puedan producir. "Es posible que en una determinada zona exista una tubería en mal estado que tenga fugas y nosotros no lo sepamos, la probabilidad es mínima, pero está dentro de ese 10,98%", comenta.

El mayor porcentaje de agua no registrada, según se afirma desde Emalcsa, se sabe a dónde va, es decir, está controlado. Es una tercera parte aproximadamente de ese 10,98% la que no tiene un destino conocido por la entidad.

El responsable de comunicación de Emalcsa comenta que existen tres factores por los que A Coruña se encuentra entre las ratios más bajas de España en agua no contabilizada. En primer lugar, el cuidado de la red que recibe la ciudad permite un mayor control del agua. Segundo, la concentración de la red. Dependiendo de si se trata de una ciudad grande o un municipio pequeño, en este último es más difícil mantener un control estricto del gasto porque la población está más dispersa. Es decir, que cuanto más concentrada la población, más fácil contabilizar el agua. El tercer factor es el margen de error de los contadores de agua, aproximadamente del 2%. Pampín explica que los contadores no manejan cifras exactas, pero que, aún así, siempre se redondea al beneficio del consumidor. Esta es, aunque casi insignificante, otra fuente de agua no medida.

Emalcsa defiende el hecho de que supone más gasto estudiar cómo se genera ese agua no contabilizada y darle solución, que dejarlo en ese "leve" 10,98%. "Estamos en muy buenas cifras y no se hacen muchos esfuerzos para bajar esta ratio porque estamos muy dentro del umbral de rentabilidad", subrayan.

Emalcsa ha recogido quejas de los bomberos, que han expresado repetidas veces su malestar en cuanto al uso de las bocas de incendios por parte de otras empresas, e incluso particulares. El director general de Seguridad y Movilidad, Carlos García Touriñán, explica que diferentes servicios de limpieza de la ciudad principalmente hacen uso de las bocas de incendios para cargar agua. Touriñán comenta que el problema no se encuentra en el gasto que se hace de agua, sino en el desgaste que sufren las bocas de incendios . "Nos quejamos de que esa práctica nos obliga a hacer un mantenimiento especial de las bocas de riego", dice. Además, subraya el hecho de que en ocasiones puntuales, los bomberos no han podido cargar agua en servicio de urgencia por el desgaste de una determinada boca de incendios, propiciada por esta práctica.

"Tenemos un programa en marcha que lleva Medio Ambiente para instalar más bocas para cada servicio", señala el director de Seguridad y Movilidad. En cuanto al uso de las bocas de incendios por parte de particulares Touriñán resalta que se trata de casos puntuales. "Siempre hay particulares que tratan de coger agua allí", relata, "aunque es poco habitual".