Calles peatonales de los barrios de la Pescadería y la Ciudad Vieja cuentan ya con cámaras de vídeo que permitirán al Ayuntamiento controlar qué vehículos circulan por esas zonas y si disponen de autorización para hacerlo. Los operarios ya instalaron los equipos en vías como la del Orzán, San Agustín y la Estrella, mientras que en la Ciudad Vieja todavía se llevan a cabo estos trabajos.

Estas cámaras se conectarán con la central tecnológica del programa municipal Smart City Coruña, puesto que la actuación es uno de los proyectos piloto que se desarrollan dentro de esta iniciativa. A través de ese punto, la Policía Local tendrá acceso a las imágenes proporcionadas por las cámaras y podrá actuar como corresponda con los vehículos que carezcan de permiso para circular por esas calles.

Al tratarse de un proyecto piloto, el funcionamiento de este sistema de control tiene por el momento un carácter experimental, a lo que hay que unir además que en la Ciudad Vieja todavía está permitido circular y lo que se prohíbe es aparcar a los automóviles de quienes no residen en el barrio. Donde sí está prohibido transitar es en las calles peatonales situadas entre Santa Catalina, San Andrés, María Pita y la Marina, en las que tan solo se autoriza el paso de vehículos de carga y descarga a primera hora de la mañana, a las que se une el tramo de la calle del Orzán desde Rúa Alta a la plaza de Pontevedra.

Será en esas vías donde las cámaras puedan tener ya una aplicación práctica para controlar el tráfico, mientras que en la Ciudad Vieja habrá que esperar a que se ponga en marcha la segunda fase de la peatonalización, prevista para cuando entre en servicio el túnel de O Parrote, que evitará el paso por el barrio. Por el momento se desconoce cuál será el método que empleará el Gobierno local para restringir el paso de vehículos por el casco histórico, ya que no ha desvelado si mantendrá el proyecto del anterior Ejecutivo, que apostaba por instalar lectores de matrículas en los accesos a la Ciudad Vieja para evitar la entrada de coches que carecieran de permiso. El proyecto anunciado por el PP debía disponer un registro de usuarios en el que se incluirían las matrículas de los vehículos de los residentes y comerciantes con el fin de permitirles el paso a las zonas de tráfico restringido.

La instalación de cámaras en las calles forma parte del proyecto Optimización del tráfico en tiempo real, que fue presentado en junio de 2014 por el anterior Gobierno municipal. La actuación debía desarrollarse en las calles peatonales, como hacen ahora los actuales responsables del Concello, pero también en las vías prioritarias vigiladas con el fin de observar la situación del tráfico. Una de esas vías, la formada por el recorrido Federico Tapia-Rosalía de Castro-Francisco Mariño-San Andrés, ya cuenta con cámaras de vigilancia, por lo que no sería necesario dotarla de nuevos equipos, mientras que la de General Sanjurjo nunca llegó a tenerlas pese a que se anunció que así sería.

El cambio de gobierno pone por el momento en suspenso esta parte del proyecto, ya que Marea Atlántica se fija como objetivo en el área de movilidad el establecimiento de vías prioritarias, pero para los autobuses, las bicicletas y los peatones.

La tercera pata del proyecto del anterior Gobierno local preveía que Smart City Coruña informase también a los ciudadanos sobre la situación del tráfico en cada momento mediante cinco paneles informativos que se situarían en puntos estratégicos de la ciudad. Estos indicadores proporcionarían datos sobre la saturación de las vías principales, tiempo de llegada a destinos significativos, incidencias en las vías urbanas, rutas alternativas o disponibilidad de aparcamiento subterráneo. Estos paneles podrían ofrecer además información cultural, datos medioambientales o de ocio.