Un vecino de Vioño que propinó una paliza a su compañero de piso, que murió "poco después", tan solo fue condenado por un delito de lesiones. El sospechoso llegó a estar en prisión como imputado por un delito de homicidio, pero las pruebas practicadas durante la instrucción del caso llevaron al juez a descartar que la víctima falleciese como consecuencia de los golpes. "Su muerte se produjo por edema pulmonar y sin relación probada con la agresión del acusado", recalca el magistrado del Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña en la sentencia en la que le impone dos meses de prisión. El juez tuvo en cuenta la atenuante de dilaciones indebidas, ya que los hechos sucedieron en agosto de 2004 y el proceso judicial se retrasó por causas ajenas al acusado, que también deberá pagar una indemnización de 400 euros a uno de los hijos del fallecido.

El procesado nunca negó haber agredido al perjudicado durante el transcurso de una fuerte discusión. De hecho, cuando la policía llegó a la vivienda, que estaba abandonada y llena de desperdicios, se encontró con el cadáver de la víctima, que presentaba numerosas lesiones, y al condenado, al lado, con los nudillos ensangrentados. Los agentes detuvieron al sospechoso y, tras prestar declaración en dependencias policiales y en el juzgado de guardia, fue enviado a prisión, donde permaneció varios meses hasta que la autopsia reveló que la víctima sufrió un edema pulmonar justo cuando el imputado le estaba propinando la paliza. El sospechoso, inicialmente, culpó de la muerte a un vecino de la zona con el que tenía una fuerte enemistad porque insistía en que los golpes que le había dado a su compañero de piso "no habían sido tan fuertes". Así, testificó que antes de llegar a la vivienda la otra persona lo había lesionado y que habían sido esas heridas las que le provocaron la muerte. El acusado, finalmente, reconoció los hechos y aceptó ser condenado por un delito de lesiones, por lo que el juicio no se llegó a celebrar.