Nuevo ciclo de conciertos benéficos organizados por Artemis Ensemble y la Academia de Bellas Artes. En el concierto inaugural, hubo poca gente. Una lástima porque se interpretaron dos cuartetos muy poco habituales en el repertorio por su dificultad de ejecución y además porque la vida de sus creadores se apagaba prematura e inexorablemente. Por desgracia para ellos; pero también para la historia de la música. ¿Hasta dónde hubieran conducido estos dos genios el arte de los sonidos? ¿Qué obras maestras nos habrían legado? Como hizo notar en la presentación, el presidente de la Academia, Manuel Quintana Martelo, no es casualidad que se hayan unido en este programa dos obras postreras de Mozart y Schubert, donde pueden ya apreciarse muchos elementos de carácter innovador; y, desde luego, una visión que a veces -sobre todo en Schubert- parece avizorar horizontes del más allá, del alén, Versiones excelentes de unos magníficos profesionales, todos ellos integrantes de la Orquesta Sinfónica de Galicia. Ofrecieron una lectura del cuarteto de Mozart que supo traducir el amable tratamiento del tema popular en los dos últimos movimientos, pero también una vaga melancolía, trasunto de la triste resignación del compositor. En el cuarteto de Schubert, se empleó una cuidadosa regulación de la dinámica para expresar violentos contrastes: la visión ultraterrena en los pianísimos iniciales, pasando por la rebeldía frente al ineluctable destino y, por momentos también, la profunda resistencia en la entrega a la muerte.