Los puestos de venta de castañas volvieron ayer a Betanzos, como manda la tradición, con motivo de la Feria de Todos los Santos, una de las más importantes de cuantas se celebran en la comarca a lo largo del año. Como en años anteriores, los comerciantes pusieron a la venta miles de kilos de castañas, así como otros productos alimenticios.

El buen tiempo animó la afluencia. A mediodía la plaza estaba abarrotada por cientos de personas procedentes de todos los puntos de la comarca. La multitudinaria feria colapsó los accesos a Betanzos, pero no se registraron incidencias.