De las 195 hectáreas con que contará finalmente el puerto exterior para la instalación de empresas, en la actualidad hay 46,2 que ya están solicitadas, por lo que la cuarta parte de la superficie comercial de punta Langosteira está comprometida. El espacio se lo repartirán las seis compañías que solicitaron concesiones a la Autoridad Portuaria y que en este momento tienen sus proyectos en diferentes fases de ejecución. De la superficie ya disponible hay 49 hectáreas libres, mientras que otras 100 hectáreas corresponden a las explanadas que surgirán tras la conclusión del contradique.

Pese a que inicialmente solo ha solicitado ocupar tres hectáreas para implantar en Langosteira las operaciones de descarga de crudo, Repsol Petróleo es por el momento la firma que dispondrá de una mayor superficie, ya que ha reclamado también la reserva de otras 28 hectáreas para completar el traslado de su actual terminal marítima. A estas instalaciones habrá que sumar un pantalán privado con una lámina de agua de 20.000 metros cuadrados y una canalización de tuberías que ocupará una superficie de 15.000 metros cuadrados.

La multinacional española tiene el compromiso de comenzar a operar en el puerto exterior en abril de 2018 tras realizar una inversión de 124 millones de euros que le permitirá descargar petróleo, coque y azufre, aunque todavía tiene pendiente un acuerdo con la Autoridad Portuaria para el trasvase a Langosteira del 40% de la actividad que ahora desarrolla en los muelles del interior de la bahía.

El mayor operador de graneles sólidos en el puerto coruñés, la firma Galigrain, cuenta en la actualidad con una concesión que se extiende por una hectárea, en la que llevará ya a cabo trabajos de manipulación de mercancías, fundamentalmente cereales. Sobre esos terrenos se construye una nave de 9.500 metros cuadrados, pero la empresa proyecta ampliar sus instalaciones en Langosteira con 7 hectáreas más, según los datos de la Autoridad Portuaria, que considera reservada esta superficie.

Otra de las compañías con una actividad más notable en los muelles de la ciudad, Pérez Torres Marítima, dispone también de una hectárea de terreno en el puerto exterior en la que levanta una nave de 10.000 metros cuadrados, aunque prevé doblar la superficie que mantenga en concesión en la dársena, donde ya ha movido mercancías como clínker y pontonas.

Terminales Marítimos de Galicia dispone de una hectárea de superficie en la que ya opera con la nave de 5.200 metros cuadrados en la que almacena graneles, aunque contará con otra hectárea más para ampliar su actividad en Langosteira, según el Puerto. Pero su implantación no se limitará a las explanadas situadas junto a la única línea de atraque existente en la actualidad, ya también proyecta construir una nave de 2.500 metros cuadrados en la zona para empresas que surgirá en el lado opuesto de la dársena gracias a la ejecución del contradique.

Es en este lugar donde otra compañía, Bombeos y Transportes Carral, ha solicitado instalarse sobre una superficie 2.750 metros cuadrados en la que se construirán silos de almacenamiento y una tubería para la descarga de cemento desde los buques que amarrarán en el nuevo muelle. La empresa, que fue la primera que operó en punta Langosteira, aunque sin disponer de terrenos, tiene previsto invertir 1,2 millones de euros con el objetivo de alcanzar un tráfico de más de 30.000 toneladas de mercancía al año, lo que implicaría la descarga de un buque de cemento cada mes.

Entre las superficies de punta Langosteira que la Autoridad Portuaria considera comprometidas se encuentran las tres hectáreas solicitadas en 2012 por el grupo mexicano Pemex, que pretendía instalar una terminal para la mezcla y almacenaje de gasolinas que compraría en refinerías europeas y que se enviarían a México, lo que implicaría un tráfico anual de 2,5 millones de toneladas de mercancías.

Pero desde que se realizó el trámite de la solicitud de la concesión, la empresa ha atravesado una situación convulsa a causa de la caída de los precio del petróleo. Tanto Pemex como la Autoridad Portuaria desmintieron la posibilidad de que la empresa mexicana dé marcha atrás a su proyecto en Langosteira, para lo que el Puerto mencionó que el grupo energético renovó el pasado mes de agosto el aval que había aportado para garantizar su inversión en Langosteira.

El proyecto de Pemex era notable, ya que supondría la inversión de 26,5 millones de euros para sus instalaciones en la explanada, donde dispondría de tres tanques de almacenaje de combustibles de 30.000 metros cúbicos cada uno y otro de 10.000 metros cúbicos, así como un edificio de oficinas, y medios auxiliares para la carga y descarga de mercancías. A esto se sumarían otros 30,5 millones para la construcción de un pantalán en el que amarrarían sus buques.

Pero si sobre la iniciativa de la empresa mexicana hay incertidumbre, sobre la del grupo chino Beijing 3E todavía son mayores, ya que hace tres años y medio que no se producen novedades acerca del proyecto que anunció para levantar en el puerto exterior una planta de generación de electricidad a partir del aceite usado de los buques. Esta actuación llevaría consigo una inversión de 270 millones de euros y la ocupación de 120 hectáreas, según se informó en 2012, pero a pesar de que la Autoridad Portuaria asegura que no ha habido una renuncia de la compañía china, persiste la incógnita sobre si finalmente se implantará en punta Langosteira.