De los ocho acusados por el secuestro del empresario maderero, solo está en libertad el matrimonio de sexagenarios propietario del cobertizo de Lalín del que fue rescatada la víctima. La mujer se declaró inocente y evitó dar datos sobre la supuesta enfermedad de su marido, que el día antes del juicio acudió al hospital Universitario de Santiago para reclamar atención médica, lo que provocó la suspensión de la vista. El resto, reclamó ayer al tribunal de la Audiencia su puesta en libertad provisional. Si el juicio se celebrase hoy, como en teoría está previsto, la solicitud carece de sentido. Los magistrados tan solo podrían plantearse dejar en libertad a los imputados si el juicio se suspendiese hasta el próximo año. "Lo que quieren es ganar tiempo y salir a la calle, es su único objetivo", señalan fuentes judiciales. Uno de los presuntos cabecillas aprovechó que se levantó para solicitar su salida de la cárcel para pedir "perdón". El abogado de la víctima aseguró que "lo normal" es que se prorrogue la prisión provisional debido a las altas penas a las que se enfrentan. "No llevan ni dos años", destacó.