La instalación de ascensores se convirtió en la actividad que más subvenciones municipales recibió en 2015 por parte del Servicio de Vivienda y Rehabilitación, al haber superado a otras actuaciones, como la restauración de elementos comunes o los trabajos de mejora en las fachadas. En total, el Concello dedicó a instalar estos elevadores 1.361.300 euros, un 44% del total de ayudas repartidas por este departamento, según la relación publicada ayer en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP).

La subvención más elevada para instalar ascensores fue de 93.611 euros para una comunidad de propietarios situada en el número 38-40 de la calle San Diego, mientras que la más baja fue de 357 euros, para un inmueble de la calle Tulipanes.

El segundo tipo de actuación que más apoyo recibió de las arcas municipales fue la rehabilitación de elementos comunes de inmuebles, que se llevó 1.240.237 euros, es decir, un 40,1% del total. En este apartado, el número 1 de la calle Antonio Pereira, recibió la mayor subvención, con 182.476 euros, seguido de un inmueble en la calle San Lucas, que recibió 115.023 euros.

Esto supuso un cambio de tornas con respecto a las cifras de subvenciones del anterior año 2014, cuando los elevadores ocuparon el segundo lugar en este ranking de ayudas -con 1,6 millones de euros- y los elementos comunes el primero -con 2,02 millones-. En términos generales, la cantidad total de subvenciones ha caído un año después. En 2014, el total de ayudas públicas del Servicio de Vivienda y Rehabilitación ascendió a 3.604.089 euros, casi 600.000 más que en el pasado 2015.

Estos datos sobre ayudas a la instalación de ascensores coincidió con la suspensión, decidida por el Gobierno municipal, de las expropiaciones de suelo en plantas bajas de edificios para la instalación de elevadores cuando no se alcanza un acuerdo entre los propietarios. Hasta 2014, el Ayuntamiento realizaba la adquisición forzosa del terreno por delegación de los vecinos y así facilitaba la colocación del aparato. Un cambio en la legislación estatal, sin embargo, obligó a paralizar estas iniciativas y el Gobierno local se mantuvo a la espera de que la Xunta modificase la Lei de Vivenda de Galicia para introducir una disposición que vuelva a permitir estas expropiaciones, por la que todavía se espera.

De acuerdo con la lista de beneficiados por estas ayudas que publica el BOP, la adaptación de ascensores a la normativa con obras de accesibilidad, fue la tercera finalidad más subvencionada, con 255.660 euros. Las mejoras de fachadas, apartado que no se incluye dentro de los elementos comunes, recibieron 41.912 euros, seguida de la adaptación de edificios y ascensores a la ley con supresión de barreras arquitectónicas, lo que se llevó 26.702 euros.

A los más de 1,3 millones de euros dedicados a la instalación de ascensores habría que sumar parcialmente los 17.210 euros destinados a instalación de elevadores, vinculados también a la reforma de portales. Las ayudas a la rehabilitación de galerías y galerías-fachada, ascendieron, por su parte, a los 16.327 y 8.773 euros, respectivamente.

La supresión de barreras arquitectónicas fue la partida del a la que menos ayudas destinó el Servicio de Vivienda y Rehabilitación durante el pasado año, otorgando solo 2.158 euros.

El Gobierno municipal todavía no ha hecho público los datos de ejecución presupuestaria de 2015, año en el que Concello fue gestionado durante los seis primeros meses por el Ejecutivo del PP y los seis últimos por el de la Marea Atlántica. En 2014, el Ayuntamiento había dejado sin ejecutar un 32% del presupuesto que había previsto para labores de rehabilitación en inmuebles, con un total de 871.978 euros que quedar sin gastar.

Varias salas de la Fundación Luis Seoane cerrarán sus puertas hasta el mes de abril para acometer los trabajos de restauración de la cubierta de su sede. Tras estas reformas, que se realizan 20 años después de su apertura, la fundación prevé reabrir con dos grandes exposiciones centradas, por un lado, en la importancia y singularidad del legado de Luis Seoane y, por otro, en la relación que mantuvo con otro de los grandes artistas gallegos del siglo XX, Carlos Maside, al que consideraba su "maestro".

Durante estos tres meses de obras, las salas de exposiciones permanecerán cerradas, lo que no impedirá que continúe, aunque en formato reducido, la programación cultural de la fundación a través de sus actividades pedagógicas y de otro tipo de actos que se puedan realizar en espacios no afectados por las reformas.

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