Un conductor que circulaba bajo los efectos del alcohol fue condenado a dos años y tres meses de cárcel por matar a un motorista el 5 de diciembre de 2011 en la carretera AC552, en el término municipal de Arteixo. Tras el accidente, aparcó el vehículo y llamó a un amigo para que lo recogiese y lo trasladase al hospital porque le dolía mucho el pecho. A la víctima no la socorrió porque no se dio cuenta contra lo que había colisionado. El procesado, que ya había sido condenado en 2009 por un delito contra la seguridad del tráfico, no había realizado el curso práctico exigido administrativamente para poder conducir una vez cumplida la sentencia que le retiraba el permiso de circulación. Aún así, se subió a su Mercedes después de consumir alcohol sobre las 20.30 horas del 5 de diciembre de 2011. "A las bebidas que le incapacitaban para la conducción en las debidas condiciones de seguridad, se unía que era ya de noche cerrada, lloviznaba y la calzada estaba húmeda", describe el titular del Juzgado de lo Penal número 3 de A Coruña en la sentencia, en la que relata que el procesado entró en una curva situada en el kilómetro 17,6 de la vía sin reducir la velocidad, invadió el sentido contrario y ocupó el carril "durante varios metros".

La víctima circulaba "correctamente" por la carretera con su motocicleta, "incluso muy próxima al margen derecho en su sentido". Sin embargo, no pudo hacer nada para evitar ser arrollado por el vehículo del condenado, que lo golpeó frontalmente. "El acusado no conoció contra lo que había colisionado", recalca el juez en el fallo, en el que absuelve al imputado del delito de omisión de socorro. Tras el accidente, estacionó el coche en el arcén unos metros más adelante y se desplazó hasta el servicio de urgencias del complejo hospitalario Universitario, donde llegó a las 21.40 horas. Tres cuartos de hora después, a las 22.05, acudieron agentes de la Guardia Civil para practicarle las pruebas de alcoholemia, pero el sospechoso huyó de las instalaciones.

"Tras esperar el tiempo suficiente para mitigar el índice de alcoholemia y los síntomas de embriaguez, volvió a presentarse a las 05.10 horas en urgencias", indica el juez, quien asegura que el acusado sufrió una contusión costal en el siniestro. Los servicios sanitarios alertaron a los agentes, quienes le realizaron el test de alcohol, en el que dio 0,10. A pesar del tiempo transcurrido, los funcionarios le apreciaron "olor a vino en sus ropas, rostro pálido, ojos velados y muy humedecidos, pupilas dilatadas, habla pastosa y titubeante, halitosis alcohólica leve de cerca, contestaciones entrecortadas, evasivas e inseguras".

El motorista fue operado en el Universitario, pero falleció a las 19.20 horas del día 7, dos días después del accidente. El procesado deberá indemnizar a la mujer de la víctima con 111.468 euros y a cada una de sus dos hijas con 46.441 euros, así como a sus padres con 18.456 euros. La sentencia le retira el carné durante cuatro años.