El uso razonable de los deberes escolares será el tema de debate sobre el que tratarán el 24 y 25 de mayo unas jornadas específicas organizadas por el grupo de investigación en Psicología Educativa de la Universidade da Coruña. José Carlos Núñez Pérez, catedrático de esta disciplina en la Universidad de Oviedo, defenderá la prescripción de deberes "de calidad" fuera del horario lectivo siempre que los estudiantes los aprovechen.

-¿Por dónde pasa el uso razonable de los deberes escolares?

-Es complicado de saber. Una fórmula que se sigue, aunque no es una garantía, es la de multiplicar el curso por diez: al niño que está en quinto de Primaria le corresponden unos 50 minutos de deberes. Eso es lo razonable teniendo en cuenta la atención y la memoria. Más allá el chaval se distrae y desaprovecha el tiempo. Pero no todos los niños tienen las mismas necesidades: un niño que va muy bien en una asignatura puede que no tenga necesidad de deberes sobre esa materia, pero quizá sí los necesite de otra.

-¿Siguen siendo entonces necesarios los deberes?

-No lo tengo tan claro. Los deberes no los quiere nadie. Ni los niños ni los padres ni lo profesores.

-¿Por qué no los profesores?

-Los niños tienen la obligación y los hacen. Los padres tienen la obligación de que los niños aprendan y asumen que tienen que hacerlos. Y los profesores dicen que no tienen tiempo suficiente en el aula para abordar lo que creen necesario abordar y, por tanto, se ven abocados razonablemente a mandar deberes para por lo menos asegurar ciertos conocimientos para que los alumnos estén suficientemente preparados. En realidad no debería haber deberes si el tiempo en el aula fuese suficiente para aprender lo que es necesario aprender.

-¿Nada de deberes en casa?

-Con el tiempo suficiente en la escuela, el niño tendría que hacer otras cosas en casa. El problema es que el sistema educativo está mal planteado. Aunque hemos reducido el currículo a contenidos mínimos, al profesor no le da tiempo a abordar los temas.

-¿Mejora el rendimiento de los estudiantes con deberes?

-La OCDE revela que en España se hacen muchos más deberes pero se rinde mucho menos que en otros países, como Finlandia, por ejemplo. Es otro sistema educativo sin deberes para casa, centrado en el individuo y con necesidades identificadas pronto y abordadas. Aquí tenemos el sistema que tenemos, más inclusivo y con otras ventajas. La relación entre deberes y rendimiento la hay y es positiva: si se hacen se rinde mejor que si no se hacen. Son necesarios, pero si los niños los aprovechan, de lo contrario es una carga.

-¿Ha cambiado la manera de prescribirlos?

-Antes eran una obligación y nadie se planteaba no hacerlos. Ahora esto se discute y así, de modo razonable, se van reduciendo. La clave no es la cantidad sino la calidad. Más valen dos tareas bien seleccionadas que promuevan el aprendizaje y no diez.

-¿Y por qué ese es ahora tan complicado para el profesor?

-El profesor debe saber dónde tiene dificultades el niño, pero no tiene un conocimiento específico suficiente de cada uno. Y las clases son como los menús: no todo el mundo puede comer fabada.