Un acusado de estafar a clientes que necesitaban que les reparase sus electrodomésticos aceptó ayer ser condenado a un año de cárcel y a indemnizar con 3.670 euros a las víctimas y con 1.750 euros a su jefe por las pérdidas que le ocasionó. El procesado, que evitará ingresar en prisión porque carece de antecedentes penales, reconoció ante el juez que "con ánimo de obtener un beneficio propio" se comprometió a realizar diversos trabajos de reparación de electrodomésticos entre el periodo comprendido entre el 20 de febrero y el 3 de junio de 2014.

El acusado admitió que nunca tuvo intención de cumplir con el servicio contratado, por lo que cobró a los clientes las cantidades que consideró convenientes y no le abonó el porcentaje que había acordado con la persona que lo contrató, que era el 50% de lo facturado. En total, resultaron perjudicados por la reparación infructuosa once clientes residentes en la ciudad, quienes le abonaron 3.670 euros.