La reunión que mantendrán la próxima semana representantes del Concello y de la empresa Dragados será decisiva para conocer cuándo se llevará a cabo la reparación de las cubiertas del estadio de Riazor. El concejal de Culturas, José Manuel Sande, informó ayer en declaraciones a Radio Coruña de que en ese encuentro se decidirá qué momento es el más adecuado para efectuar las obras, aunque ya está descartado que vaya a hacerse en los próximos días debido a la proximidad de la disputa del trofeo Teresa Herrera y, posteriormente, del inicio de la competición liguera.

Ambas partes deben estudiar la fórmula más adecuada para el desarrollo de los trabajos, puesto que en algunas partes del estadio será necesario desalojar parte de las gradas, por lo que la directiva del Deportivo también tendrá que pronunciarse sobre este asunto. Si finalmente el club acepta que la reparación se realice durante la temporada, el proyecto podría comenzar en breve, pero en caso contrario habría que esperar al próximo verano para acometerlo.

El deterioro de las cubiertas de Riazor ha generado continuas quejas por parte de los aficionados que acuden al estadio, ya que los días de lluvia son numerosas las goteras que caen sobre las gradas. El Concello elaboró un proyecto para subsanar este problema, presupuesto en 2,5 millones de euros y convocó en 2013 un concurso para adjudicar las obras, que fue ganado por la empresa constructora Dragados.

Pero, a la hora de llevar a cabo el proyecto, la compañía argumentó que sus estudios y una auditoría previa revelaron que es imposible realizarlo con el presupuesto fijado por el Concello, debido al estado de las cubiertas de Preferencia y Tribuna y a la complejidad de las obras necesarias para recuperar su estructura.

Pero el Concello aportó sus propios informes, así como el de la consultora que diseñó la rehabilitación, en los que se asegura que es posible ejecutar los trabajos en el plazo de dos años. Frente a esta postura, Dragados opta por acometer el proyecto con más tiempo y recursos o por renunciar al contrato, lo que en ambos casos implicaría una demora en la conclusión de las obras.

Esta situación llevó al presidente del Deportivo, Tino Fernández, a exigir que las dos partes alcancen un acuerdo cuanto antes para evitar perjuicios a los aficionados, ya que consideró que el estado de las cubiertas "no está a la altura del estadio, el club ni la ciudad", a lo que añadió que la entidad ha efectuado anteriormente obras de mejora del recinto en áreas que no le correspondían.