En el caso de Nieves Fernández, sus conocimientos sobre mercería eran escasos pero, aprovechando la jubilación del último propietario, empezó a trabajar en este negocio hace diez meses. Asegura que no rechazaría acceder a los cursos formativos si tuviese la oportunidad y se impartiesen en un horario que respetase su jornada laboral. "Este plan podría estar bien „afirma„ al abrir la posibilidad de que el pequeño comercio continúe en activo sin necesidad de que estos negocios desaparezcan tras la jubilación del propietario. Es necesario darle vida a estos establecimientos para que la cercanía y el trato personal que transmiten a sus clientes y vecinos no desaparezcan. El hecho de que este programa también pueda incluir cursos de formación para los nuevos propietarios es una muy buena idea ya que les serán de gran ayuda. Muchos comercios de barrio cierran porque no hay lo que la gente quiere, así que muchos optan por la jubilación y abandonan sus negocios”.