"La idea es buena, puesto que permitirá que muchos negocios se mantengan en funcionamiento, lo que siempre será mejor que fundar otros totalmente nuevos ya que esto supone muchas dificultades. Una de ellas es la necesidad de tener en tienda toda una serie de productos nuevos que ofrezcan una variedad que pueda satisfacer las búsquedas de los clientes para poder hacer negocio con su venta, lo que requiere un gasto inicial importante. En el caso de que los negocios continúen y no se inicien de cero, el nuevo propietario tiene la posibilidad de partir con una base. Esta medida podría tener éxito e impediría el cierre de muchos de los comercios, pero es un negocio que no se lo aconsejo a los jóvenes ya que requiere grandes dosis de tiempo, sacrificio y dedicación. La mayoría de estos jóvenes buscan dinero fácil y rápido sin darse cuenta de que esta no es la vía más adecuada para conseguirlo. Entre los motivos que llevan al cierre de muchos de estos comercios de barrio, los de carácter económico son los que generan más problemas. Estos negocios tardan mucho en originar beneficios mientras que también producen unos gastos que no se pueden evitar y hay que pagar, por lo que la falta de dinero provoca muchas dificultades para mantenerlos a flote. En ocasiones hay meses en los que los gastos de la tienda superan ampliamente los ingresos, haciendo que el mantenimiento del comercio e incluso, de la familia, sea complicado".