"Te abre mucho la mente porque te da la oportunidad de recorrer toda España y conocer distintas formas de vivir y de pensar. No se trata solo de venderle cosas a la gente, sino que creas un vínculo tanto con el cliente como con los demás feriantes, porque los tienes en el puesto de al lado todos los días y están ahí para echarte una mano cuando lo necesitas".