Al final de una carrera popular, sea cual sea la distancia que cubrir, los participantes necesitan reponerse con agua, fruta o cualquier tentempié. En las carreras que se celebran en la ciudad es habitual que la organización entregue estas ayudas al final en una bolsa, pero ayer el Concello, organizador de la Vuelta a Oza, no dispuso de bolsas para que los atletas pudieron echar mano de botellas de agua, piezas de fruta, bocadillos o chocolate. Algunos cargaron con todo en sus brazos y otros, después de preguntar qué pasaba con las bolsas, solo agarraron una cosa. El personal de apoyo de la prueba admitió que se habían olvidado de traerlas.