Chris Claremont, guionista de Uncanny X-Men y responsable de la caracterización tridimensional de sus personajes y, en concreto, de los personajes femeninos, es una de las estrellas entre los artistas invitados de esta edición del salón del cómic Viñetas desde o Atlántico. El autor impartirá una conferencia el sábado a las 18.30 horas en el Kiosko Alfonso y firmará ejemplares de su obra el viernes de 18.30 a 20.00 y el sábado de 12.00 a 13.30. Parte de su obra está expuesta en Palexco.

-Fue el escritor de Uncanny X-Men durante 17 años, en los cuales pasó de ser una serie renqueante al cómic más vendido de la historia, ¿cuál cree que fue la clave de su éxito?

-Mi yo egotista diría que yo. Supongo que fue el libro adecuado, en el lugar y momento adecuados, con los personajes adecuados. Las historias decían algo que le tocó la fibra sensible al público, lo que hizo que más y más gente volviera a ver qué ocurría después, que es lo que todo escritor espera. Tanto la historia como los personajes les hacían volver, pero puede que tuvieran más peso los personajes, porque llegas a implicarte emocionalmente con ellos. Pero siempre dentro de un contexto, una historia, una aventura, un conflicto.

-¿Qué opina de las prolíficas sagas cinematográficas basadas en cómics, y en concreto de la trilogía de X-Men que empezó con Primera Generación?

-Creo que el sello distintivo de las películas de X-Men y de Marvel en general tiene mucho que ver con Kevin Feige. Cuando le conocí, él trabajaba para Lauren Shuler Donner, que era la productora de estas películas, y creo que él desarrolló gran parte de su destreza en relación a su forma de enfrentarse a una película de su trabajo con ella. Ambos tienen una gran destreza en la selección del reparto, que es una parte esencial para el éxito de una película. Uno tiene que crear un vínculo con la cara y el cuerpo que aparecen en pantalla para poder sentir al personaje como real, ya sea Ian McKellen como Magneto mayor o Michael Fassbender como Magneto joven, Chris Evans como Capitán América o Robert Downey Jr. como Tony Stark. El actor le da vida al personaje en la pantalla de la misma forma que el artista lo hace en el cómic. Tanto un buen artista como un buen actor pueden definir perfectamente a un personaje, como Frank Miller y Hugh Jackman respectivamente con Lobezno.

-Días del Futuro Pasado, editado en 1981, se situaba en 2013, ¿el mundo de hoy aceptaría a los mutantes o sería más cercano al representado en el cómic?

-Si me hubiera preguntado eso hace año y medio, habría dado una respuesta totalmente diferente. Hace dos años, la idea de Donald Trump era una broma, mientras que hoy... Y dentro de un año, ¡quién sabe! El sentido que tiene la Patrulla X para mí es el miedo a lo desconocido, y, lo que es más importante, el miedo a lo diferente, cosa que estamos viendo este año tanto en Estados Unidos como en Europa: cómo la gente teme a lo diferente, a lo que sienten como foráneo, y cómo les cuesta aceptarlo y acogerlo. Por otro lado, hace 30 años, cuando escribí esas historias, decir que Estados Unidos elegiría a un presidente negro era tan horrible como decir que el mismo país aceptaría abiertamente la homosexualidad, y sin embargo tenemos a Obama y al Tribunal Supremo decretando a favor de la igualdad en el matrimonio. Por un lado damos pasos hacia adelante, mientras que por el otro existe una parte del mundo que tira, ansía, lucha desesperadamente por volver atrás, y la respuesta es que no se sabe quién va a ganar.

-Antes de escribir se formó como actor. Hace unos años tuvo pequeños papeles en X-Men: La Decisión Final y X-Men: Días del Futuro Pasado, ¿cómo los logró?

-En la primera, fue una cortesía. En Días del Futuro Pasado, era mi historia, y como Fox no da crédito de creador a los autores, al menos en relación a Marvel, supongo que fue la manera de los productores de darme las gracias. Además, soy parcialmente responsable de la construcción de la franquicia en primer lugar, así que es su forma de agradecerlo.

-Se le ha atribuido el desarrollo de personajes femeninos fuertes en una época en la que era muy raro en el género. ¿Cree que es algo en lo que aún queda trabajo por hacer?

-Siempre se puede decir que queda trabajo por hacer, pero hay más personajes interesantes, hombres y mujeres, de los que solía haber, y más escritores interesantes, hombres y mujeres, de los que solía haber, por lo que creo que la tendencia es buena.