La Casa-Museo Emilia Pardo Bazán ha superado sus previsiones cuando solo hace dos meses anunció que quería rendir homenaje a la escritora a través de los recuerdos de los coruñeses. Pidió ayuda popular: fotografías familiares ante el monumento ubicado en los jardines de Méndez Núñez. La respuesta fue impresionante, según su directora, Xulia Santiso. 150 imágenes, 150 historias, que formarán parte de una exposición en octubre.

Coruñeses anónimos, vecinos de los barrios y vecinos de los edificios próximos que han paseado una y otra vez delante de la imponente figura de la condesa desde que fue apoltronada en el lugar hace cien años. Anónimos y no tanto. La familia de Miguel González-Garcés ha cedido una imagen del poeta. Francisco Vázquez también.

Todas cuentan historias. Comuniones, paseos de domingo... hasta el recuerdo del primer beso de una pareja cuando él regresa de hacer el servicio militar, una de las favoritas de la directora del museo. Santiso comenta que la exposición será a mediados de octubre y que falta por decidir ubicación con el Concello, que les ha mostrado su apoyo.

El monumento fue promovido por el Centro Gallego de Buenos Aires en el año 1916. "A la condesa de Pardo Bazán. Tus contemporáneos", reza su placa. Y es que la pieza fue inaugurada cinco años antes de la muerte de la intelectual -Madrid, el 12 de mayo de 1921-. Era algo inusual, que llegó a crear cierto escándalo en los mentideros coruñeses de la época pero que revelaba la gran trascendencia de la figura de Pardo Bazán en el momento. El escultor Lorenzo Coullant Varela realizó el encargo.

Tras nueve décadas de existencia pacífica, el botellón no la respetó, sufriendo desperfectos continuos. El Gobierno local de 2004 decidió desterrarla a A Grela para su restauración y no se supo nada más de ella hasta 2007. Reapareció igual que siempre, o casi, porque la piedra de sus hechuras acabó siendo bronce.