Hace diecisiete años, un joven recibía una paliza por ser homosexual en los jardines de Méndez Núñez. En aquella época, este era el lugar elegido por muchas parejas para sus encuentros. Era también el lugar elegido por varias pandillas de adolescentes y veinteañeros que se dedicaban a agredirlas. Pasaron dos años hasta que los agresores fueron detenidos, y otros cuatro hasta la celebración del juicio, en el que los supuestos agresores fueron absueltos por falta de pruebas.

Hace seis años, en septiembre de 2010, una situación similar volvió a salir en las noticias cuando dos jóvenes fueron insultados por un grupo de adolescentes en los jardines de Méndez Núñez por ir agarrados de la mano. El altercado no terminó aquí, ya que más tarde volvieron para darle una paliza a uno de ellos, que salió con ambos brazos y la nariz fracturados. En ambos casos, las víctimas fueron arropados en concentraciones de repulsa.

En esta ocasión, Fito Ferreiro lamentaba la falta de "una forma de medida exacta" de las agresiones verbales y físicas por homofobia "porque la gente tiene miedo de denunciarlo". Seis años después, él mismo se enorgullece del gran paso que se ha dado al respecto. "Tenemos más fuerza y vamos a comisaría y denunciamos", afirma el concejal, que considera que ha ocurrido algo parecido con la violencia de género, ya que "antes a las mujeres les costaba denunciar", mientras que ahora es una situación que está a la orden del día. "Nos está pasando lo mismo. El fenómeno actualmente es que nosotros denunciamos más a la policía, por lo que empezamos a estar en las encuestas y en los datos", explica Ferreiro.

La labor de los agentes en el caso de 2010 fue descrita entonces por el agredido como "indignante". A día de hoy, Ferreiro sigue lamentando que en los cuerpos policiales "hay gente que con muchas ganas de hacer las cosas y hay gente totalmente en contra, sobre todo en ciertos cuerpos y ciertos pueblos".