La festividad del Samaín volvió a ser este año motivo de preocupación en A Zapateira, ya que si el año pasado se produjeron incidentes por la celebración realizada por decenas de jóvenes en la zona, el botellón efectuado el pasado lunes derivó en un gran alboroto que se prolongó hasta la madrugada. Vecinos de la urbanización Valaire expresaron además su protesta por el lanzamiento de huevos contra sus viviendas, así como por la quema de un contenedor de papel.

Algunos vecinos avisaron a la Policía Local de A Coruña pero se desconoce si se llegó a realizar alguna intervención en este punto limítrofe con el municipio de Culleredo, cuyos agentes también tuvieron noticia de los incidentes que ocurrieron en Valaire.

La concentración de jóvenes se inició ya por la tarde y los testigos aseguran que en ella participaban menores de hasta trece años, aunque conforme avanzaba la noche la edad de los asistentes fue aumentando. Los muchachos consumían alcohol en medio de las calles y algunos de ellos se veían en un claro estado de embriaguez, lo que les llevó a derribar vallas metálicas que se encontraban en la vía pública, así como a lanzar huevos contra algunos edificios, según vecinos.

Concepción, vecina de una de estas viviendas, explicó que su hija de doce años, que había estado viendo la fiesta en la calle, se refugió en casa ante el cariz que tomaba la celebración y recordó que ya el año pasado hubo problemas, como la rotura del expositor de la farmacia del barrio.

"Se metían con los coches que pasaban y llamaban a los timbres de las casas", comentó ayer el presidente de la asociación de vecinos de A Zapateira, Juan Sánchez-Albornoz, sobre los sucesos del pasado lunes, que le fueron referidos por residentes en la urbanización. Según le explicaron, algunos de los jóvenes iban disfrazados, como es habitual en la fiesta del Samaín, y los incidentes fueron más graves que los del año pasado. Al día siguiente era posible ver en las calles los restos del festejo, como botellas y desperfectos, lo que lleva a este dirigente vecinal a expresar su preocupación ante la constatación de que este problema "va creciendo cada año".

En su opinión, la razón de que este tipo de concentraciones se realicen en un lugar tan alejado del casco urbano puede deberse a que en A Zapateira "no hay presión policial" y a que al tratarse de una zona periférica "parece que no molestan", aunque advierte de que estas celebraciones "empiezan a ser un problema".

Sánchez-Albornoz destacó además que este botellón del Samaín se suma a la fiesta que pretendía organizarse en el antiguo polvorín del Ejército, situado en terrenos del municipio de Culleredo, cuyo Concello prohibió que se realice, así como a las fiestas que se realizaban en una vivienda de A Zapateira que se halla en Arteixo. "Estuvimos discutiendo un mes si estaba en A Coruña o en Arteixo", comentó el presidente vecinal sobre la dificultad que supone la confluencia de tres municipios en A Zapateira a la hora de solicitar la intervención de la policía.

"Nos asustó mucho cuando atropellaron a un ciclista un domingo por la mañana, porque todo hace pensar que fue una persona que salía de una fiesta en esa casa", mencionó Sánchez-Albornoz para reflejar la preocupación existente en el barrio sobre los últimos incidentes ocurridos en la zona.