El cambio en el planeamiento municipal que derivará en el impedimento de edificar en la cantera de Adormideras y los alrededores de la Torre de Hércules no es la única medida con la que el faro romano quedará protegido, opina el presidente vecinal de Monte Alto. Alberte Fernández señala otros focos que en la actualidad perturban el privilegio como bien patrimonial que cree que debe merecer la Torre, como las instalaciones de una chatarrería en el Agra de San Amaro antes de iniciar la bajada a Adormideras y, más cerca del monumento, los vehículos a los que se les permite aparcar los fines de semana en la rotonda de la estatua de Breogán.

Fernández hace un llamamiento a las instituciones para que "piensen las cosas muy bien" cuando se trata de aprobar proyectos inmobiliarios con afectación en zonas protegidas o en barrios sobrecargados de población y con servicios limitados como ocurre en Adormideras.

El portavoz vecinal asegura que los promotores del Agra de San Amaro rechazaban, al igual que los residentes, construir en la cantera por las características de la zona y apunta a sentencias judiciales desfavorables para el Concello como factor que puede explicar la voluntad del pleno de promover el cambio en el plan general.