Unos 250 jóvenes se quedaron anoche sin fiesta de fin de año al comprobar que la sala Leclub, situada en la calle Rey Abdullah, no iba a acoger la celebración organizada por la persona que había alquilado el local. La Policía Local levantó actas de lo sucedido ante las quejas presentadas por los perjudicados, que reclaman la devolución de los 40 euros que habían pagado por adelantado. Algunos de los asistentes disponían de autorizaciones paternas para entrar, ya que en la fiesta iba a servirse alcohol.

El propietario de la sala, Rubén Antelo, explicó ayer que el organizador, que se llama Andrés Martínez, le propuso en septiembre alquilarla para una fiesta de fin de año y al plantearle en noviembre organizar otra en mayo con la asistencia de menores, le respondió que no le interesaba y le advirtió de que en la del 31 de diciembre no quería que hubiera menores de edad.

Pese a esta advertencia, Andrés Martínez insistió el pasado viernes en permitir la entrada de menores y sugirió distinguirlos mediante pulseras de diferentes colores, por lo que Antelo optó el mismo sábado por suspender la fiesta, ya que no había recibido el dinero pactado y temía problemas por la presencia de los menores en una fiesta en la que se iba a servir alcohol.