El presupuesto de 2017 quedó ayer aprobado de manera inicial al expirar el plazo que tenían PP y PSOE para presentar una moción de censura al de Marea Atlántica. Hace un mes que el alcalde, Xulio Ferreiro, ligó su puesto a que el documento saliese adelante, a través de un pleno de cuestión de confianza que no superó y que abría un mes para que los grupos de la oposición articulasen un Gobierno alternativo.

La aprobación del presupuesto no es definitiva. Pasados estos treinta días, se abre un plazo para presentar reclamaciones al documento, algo que pueden hacer, según la Ley de Haciendas Locales, tanto los grupos de la oposición como vecinos. Sin embargo, el tipo de alegación que se puede presentar es muy limitado. No se pueden cambiar inversiones, reducir o ampliar partidas a departamentos, recortar inversiones ni ningún tipo de modificación política. La legislación permite alegar asuntos que sean manifiestamente ilegales, si hay consignados gastos por encima de ingresos o si no hay crédito suficiente para cubrir necesidades. Si estas alegaciones son admitidas, volverá a haber un pleno en el que se debatirán y votarán individualmente pero en el que, en ningún caso, se puede volver a echar abajo el presupuesto.