Los bomberos que rescataron al joven Julián hace poco más de una semana de su coche, tras haber sufrido un accidente en Pedralonga, volvían a estar ayer de guardia y, por la mañana, recibieron una visita muy especial en el parque de A Grela. La del joven conductor y su familia, que querían agradecerles el trabajo que habían hecho porque, aunque para los rescatadores estas intervenciones formen parte de su día a día, para los que necesitan de su ayuda son algo extraordinario que, a todas luces, preferirían no haber tenido que vivir. Cuenta Carla, la hermana del joven accidentado, que querían ir al parque porque los bomberos hicieron algo más que excarcelar a su hermano, lo tranquilizaron cuando se vio atrapado en un coche con humo en el motor y que se había encajonado en el hueco del patio de un edificio.

"Le dijimos que es nuestro trabajo, que estamos para eso, pero quiso venir por aquí, conocernos y agradecernos que lo hubiésemos sacado y a nosotros nos hizo ilusión", respondía ayer, del otro lado del teléfono, uno de los bomberos que recibió a Julián y a su familia en el parque.

"Él no se acuerda de nada del accidente, pero sí que sabía que un bombero había estado en el coche con él y que le había dicho su nombre y que le había preguntado cómo se llamaba él, aunque no recordaba ni nombres ni caras", cuenta el bombero que estuvo dentro del vehículo, intentando que se calmase mientras no quitaban los asientos de la parte trasera para poder sacarle por el maletero.

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Julián conoce a sus rescatadores

Carla asegura que están muy agradecidos, sobre todo, porque su hermano se tranquilizó al verles llegar y al empezar a hablar con ellos, aunque los bomberos no fueron los únicos que participaron en la intervención de auxilio.

Justo cuando el joven sufrió el accidente, uno de los vecinos, Javier López Regos, del edificio contra el que se estrelló en Pedralonga bajó para socorrerle. Su experiencia al volante de un camión le permitió deducir que, a pesar de que del motor salía humo, no había riesgo de incendio, por lo que decidió quedarse al lado del joven e intentar tranquilizarle. "La verdad es que podría haber sido bastante peor, tal y como fue el accidente", comenta uno de los bomberos que ayer, como aquella madrugada del sábado 22, estaba de guardia.

Julián, que ingresó en estado grave en el Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (Chuac), recibió el alta al día siguiente y, aunque todavía tiene algunas secuelas, "porque el susto y el golpe fueron muy grandes", como explica su hermana, ya está mucho mejor y puede contarlo.