El vecino de Labañou que presuntamente mató a golpes a su hijo de once años el pasado domingo ingresó ayer en prisión provisional, comunicada y sin fianza. El juez de Violencia sobre la Mujer, que asumió ayer la instrucción del caso, tiene indicios de que el sospechoso cometió el crimen para dañar a su expareja. Por ello, además de un delito de homicidio o asesinato -cuando avance la investigación se le acusará de uno de los dos-, le imputa un delito contra la integridad física o moral de su exmujer. El detenido, de iniciales M.J.M.M. y nacido en 1974, fue trasladado ayer a primera hora de la mañana desde el cuartel de As Lonzas a los calabozos del edificio de Nuevos Juzgados, donde fue examinado por los forenses.

En cuanto los especialistas determinaron que estaba en condiciones de responder al interrogatorio, fue custodiado hasta la unidad de Violencia sobre la Mujer. Al igual que ante la Policía Nacional, se acogió a su derecho a no declarar frente al magistrado, por lo que solo estuvo dentro del juzgado diez minutos. El titular del organismo especializado en violencia machista decretó su ingreso en prisión provisional y sin fianza como investigado -figura judicial que sustituye a la de imputado- por delitos de homicidio o asesinato y contra la integridad física o moral de la madre del menor.

El arrestado permaneció en la comisaría de As Lonzas el tiempo máximo que establece la ley, 72 horas. El presunto parricida de A Coruña fue localizado el lunes por la tarde en un hostal de la zona de San Roque. Los agentes iniciaron su búsqueda después de que la madre del niño denunciase el domingo por la tarde, Día de la Madre, que su exmarido no le había entregado al menor, por lo que había incumplido el régimen de visitas. Tras ser detenido, se derrumbó y confesó el crimen. Incluso condujo a los policías a un bosque de eucaliptos de la parroquia de Rodeiro, en el municipio de Oza-Cesuras, donde había dejado el cadáver. El sospechoso, según fuentes policiales, asestó golpes a a su hijo en la cabeza con un objeto contundente como una piedra o una herramienta. Junto al cuerpo apareció una pala.

El vecino de Labañou, de 43 años, estuvo en comisaría desde el lunes hasta ayer, que fue trasladado al edificio de Nuevos Juzgados, donde se negó a declarar. A primera hora de la tarde ingresó en el centro penitenciario de Teixeiro, donde se activó el protocolo de prevención de suicidioscentro penitenciario de Teixeiro. Los investigadores continúan practicando diligencias para determinar con la mayor exactitud posible cómo se desarrollaron los hechos. Para que el procesado sea condenado por un delito de asesinato, castigado con entre 15 y 20 años de prisión, deberán probar que el menor careció de la mínima probabilidad de defensa, es decir, que su padre lo atacó con alevosía y por sorpresa. En caso de que el pequeño se haya defendido u opuesto resistencia, el imputado sería sentenciado por un delito de homicidio, penado con entre 10 y 15 años.

El sospechoso fue denunciado por su exmujer en 2008 y en 2013denunciado por su exmujer. En el primer caso fue condenado por un delito de coacciones. En el segundo, fue investigado como presunto autor de un delito de amenazas a través de las redes sociales, pero el caso fue sobreseído al no ser posible acreditar quién cometió los hechos. El procesado cumplió una orden de alejamiento de su exesposa entre 2010 y 2013.

La juez que estaba de guardia cuando la madre presentó la denuncia asumió la investigación, pero el miércoles decidió inhibirse y derivar el asunto a Violencia sobre la Mujer porque considera que la víctima del arrestado es la madre del menor, que fue asesinado únicamente para hacerle daño. El juez aceptó ayer los argumentos de la magistrada y se hizo cargo del crimen aunque podría inhibirse según avancen las diligencias. Si la unidad especializada en violencia machista desarrolla toda la investigación, el acusado no será enjuiciado por un tribunal popular.