Robe Iniesta, líder de Extremoduro, desembarcará en un concierto en A Coruña, en el Palacio de la Ópera este viernes a las 21.00 horas para repasar sus dos discos en solitario, Lo que aletea en nuestras cabezas (2015) y Destrozares, canciones para el final de los tiempos (2016), dentro de su gira Bienvenidos al temporal.

-Es su primera gira en teatros y auditorios. ¿Cómo está resultando la experiencia?

-Muy bien. Creo que la gente está disfrutando y yo poco a poco voy encontrándome en mi sitio. No había tocado nunca con todo el mundo sentado... Bueno, todo el mundo sentado en teoría. Son conciertos muy emocionantes.

-¿Necesitaba esa cercanía con el público en los conciertos?

-Lo cierto es que necesitaba sorprenderme con las canciones y con otra manera de hacer las cosas. No creo que sea tanto la cercanía con el público como el tipo de concierto. Esta es una experiencia más de disfrutar escuchando.

-Con Robe ha sacado dos discos en menos de dos años. Está en plena eclosión creativa...

-La mayoría de las canciones del primer disco las tenía de antes porque a veces en Extremoduro las cosas van despacio. Las del segundo son canciones hechas todas en un mismo tiempo porque sí que es verdad que llevo tiempo componiendo bastante.

-Con el primer disco no hizo gira. Con este sí ¿por qué?

-La idea primera era grabar simplemente como algo para escuchar y no pensar en el directo nos dio mucha libertad para hacer las cosas. Pudimos hacer canciones de un minuto, de nueve, algo que para el directo no te planteas. Y nos lo pasamos tan bien haciendo este primer disco que pensamos en hacer otro y cuando hicimos este fue cuando nos animamos a salir a la carretera. Y aquí estamos.

- Destrozares, canciones para el fin de los tiempos . Suena apocalíptico...

-Quizás el disco puede ser un poco pesimista, aunque también realista tal y como están las cosas.

-¿Y cómo están?

-Muy mal en muchos sentidos. Me preguntan muchas veces qué es lo que me fastidia en concreto de todo lo que pasa y yo digo que en concreto es todo porque son tantas cosas... En este disco he querido dejar lo que pienso y mi enfado de un momento. Está claro que no pienso que lo mejor sea una guerra nuclear. Por eso también en el disco digo que ahí van mis carencias y mis errores, y mi enfado y mi mala leche. Todo lo he querido soltar ahí.

-¿Y le ha aliviado?

-Bueno. No lo sé. Al final creo que el disco también tiene un rollo de esperanza y de buen rollito a pesar de ese pesimismo y de ese enfado. Me siento muy bien habiendo hecho estos dos discos.

-Al final no renuncia al mundo como proclama en unos de los temas...

-A ciertas partes del mundo sí.

-¿Qué tal es su relación en este momento con la industria musical? ¿También está enfadado con ella?

-Un poquito, pero ahora puedes depender menos de ella. Ahora no necesitas tantos intermediarios. Las multinacionales lo único que hacen es ponerte cortapisas. Estoy en un momento en que puedo hacer las cosas como quiero, sacar un disco cuando creo que tengo algo interesante, hacer una gira cuando tengo ganas... Las ganas son lo más importante. Hay que hacer las cosas con ganas, no por obligación. No se puede hacer arte pensando en cumplir los plazos.

-¿Y no ha hecho usted siempre lo que ha querido?

-Sí, pero cada día más.