La final de la Champions que se celebró este sábado dejó patente la división entre los coruñeses madridistas y aquellos que desean la derrota de los merengues a toda costa. Los locales de hostelería dieron fe de este fenómeno a lo largo del partido. Los gritos de alegría con el primer gol del Real Madrid tuvieron su réplica cuando los italianos consiguieron el empate. Y no se trataba de una colonia de turistas del país de la pizza. Ataviados algunos con camisetas de la Juventus, la victoria de los blancos fue aplastante en la segunda parte. A la noche, sin embargo, ya solo se escuchaban los cánticos esporádicos de los ganadores.