- Nueve años al frente del archivo, ¿cómo llegó aquí?

-Estaba en la Dirección Xeral de Patrimonio en Santiago. Ya había trabajado en el campo de los archivos así que cuando hubo la vacante, vine para aquí.

- ¿Qué le llevó a dedicarse a la documentación?

-La afición por los archivos es como la educación o la sanidad, vocacional. Estudié Historia y después hice el doctorado en Economía e Historia. Desde el principio me gustó. La gente suele confundir que trabajar en un archivo es investigar y digamos que no.

- ¿Cuál es la diferencia?

-Investigar es muy bonito pero nosotros lo que hacemos es preparar las cosas para que le sean útiles a la gente, investiguen o no. Porque nuestro foco principal es el ciudadano, no solo los investigadores. Los fondos tienen una razón social. No tiene sentido que conservemos muy bien las cosas si nadie las usa.

- ¿Cómo resumiría la función que desempeña el Archivo del Reino de Galicia?

-Custodia fondos documentales de la administración central, la Xunta de Galicia y la Comunidad Autónoma. Además, hay fondos privados y colecciones.

- ¿Qué finalidad tiene guardar todos esos documentos?

-Además de la parte de patrimonio documental, de conservación por el valor histórico informativo, también tiene una parte práctica y administrativa. La gente puede venir aquí a consultar, pedir copias o certificaciones de lo que esté aquí y le afecte.

- ¿Sin límite?

-No. El único límite que puede haber para consultar algo es que la normativa diga que es de acceso restringido, entonces solo podrían acceder los interesados. Como, por ejemplo, la documentación que fue transferida aquí por la gerencia del catastro.

- ¿Acude mucha gente al archivo para conseguir esa documentación?

-Por supuesto, es uno de los fondos que más se consulta. Sobre todo para poder demostrar las propiedades de las parcelas. El único documento oficial para eso es el catastro.

- En las consultas, ¿se encuentra con más investigadores o curiosos?

-Investigadores. No exclusivamente pero mayoritariamente viene gente del ámbito académico, universitario o no, que hace trabajos doctorales o másteres, que tiene proyecto o que dirige trabajos de alumnos. No es solo venir un día y consultar algo determinado sino que es a largo plazo y recibimos muchas peticiones de copias digitales.

- ¿Cómo solucionan eso?

-Estamos digitalizando documentos y fotografías para colgarlos en la web y que todo el mundo las pueda consultar y descargárselas. Además, permitimos a la gente que hace trabajos de investigación que fotografíe los documentos, así le sale más barato. Siempre, eso sí, que el estado del documento lo permita y no suponga riesgos ni deterioros.

- ¿Qué tipo de documento le gusta más?

-Tengo un especial predilección por los cartográficos en general.

- ¿Y qué le suele pedir la gente para ver?

-La mayoría de los que vienen de visita preguntan por el más antiguo, el más valioso o el más representativo.

- Para el archivo, ¿cuál es el más importante?

-Todos. Unos pueden ser más vistosos, como un manuscrito, o más voluminoso, como un tumbo de un monasterio, pero todos son importantes porque una persona puede necesitar un documento de un antepasado para, por ejemplo, demostrar la nacionalidad española. De eso, desgraciadamente, tenemos muy poco porque los registros de pasajeros de los barcos no se conservan.

- Entonces, ¿lo fundamental es el valor legal que se le otorga?

-Sí. Si no hubiera archivos, no existiríamos porque no podríamos demostrar quiénes somos. No se trata de que sea bonito o vistoso sino que sea útil.

- ¿Pero si se tuviese que quedar con algún documento?

-A mí particularmente me hizo ilusión ver un documento de la reina Doña Urraca de 1150 y también una carta de los Reyes Católicos firmada por ellos y relacionada con la Real Audiencia, que fue el germen de este archivo.

- ¿Por qué llaman su atención?

-Porque demuestran algo que existió en el pasado. Los documentos antiguos, además del valor legal, informativo y administrativo que puedan tener, tienen valor histórico. Tienes una constatación física de que eso realmente no solo existió sino que dejó huella.

- ¿Y los de ahora?

-Los documentos de ahora, aunque son más feos, en el futuro tendrán otro valor. Pero tenemos que ser conscientes de que con el nivel de producción actual de la documentación es imposible conservarlo todo como antiguamente.

- ¿Seleccionar material es una de sus funciones?

-Sí. Tenemos que decidir qué conservar y qué no según el valor y siguiendo unos criterios. Ahora vamos hacia la administración electrónica y eso también va a ayudar a disminuir el volumen.