A Coruña, el día que su hijo fue a la playa y hasta el momento en el que se olvidó de los versos que había pensando en la ducha. Todo lo refleja el cantante Xoel López en su primer poemario, Bailarás cometas bajo el mar, que presenta como antesala de su próximo álbum, Sueños y pan.

- Apenas unas semanas en la librería, y ya en la segunda edición.

-Fue una sorpresa total. No tenía nada claro que fuese a tener interés comercial, al menos no como para estar reeditándolo ya.

- ¿Uno no se siente más poeta con resultados así?

-Por respeto a los verdaderos poetas, creo que lo mío no es más que poner, desde el mundo de la canción, un pie en el de la poesía, donde creo que siempre estuvo. Me siento en ese choque de aguas en el que la poesía y la canción se encuentran.

- ¿Cómo está viviendo su primera incursión en la poesía?

-Relativamente cómodo. Cuando escribía los poemas, pensaba que era algo que iba a quedarse en mi casa. Si hubiera sabido que iba a ser un libro desde el principio, a lo mejor hubiera escondido o perfilado cosas. Pero creo que precisamente este hecho le ha dado algo especial. En él casi me estoy traicionando a mí mismo.

- ¿Qué vamos a conocer de usted con el poemario?

-Lo mismo que con mis canciones, pero de una manera más explícita. Muchas veces en las canciones soy más críptico, pero aquí eso no ha sucedido. No hay tanto filtro.

- En el poema está A Coruña, pero también Madrid, Buenos Aires? Todos los sitios importantes de su vida.

-Era inevitable. He vivido en diferentes lugares y los siento parte de mi vida, aunque A Coruña es mi ciudad natal, en la que viví hasta los 18 años, y eso es lo que más marca.

- Creó el poemario al mismo tiempo que su nuevo disco, ¿cuánto hay de la obra en él?

-El disco lleva dos canciones en gallego, Durme y Serpes. Serpes coincide con un poema. De hecho, la gente podrá apreciar que es distinto a la canción, pero lo primero fue el poema. Yo trabajo siempre primero con los versos. Si luego los convierto en canción, ya es posterior.

- Lo definía como un disco sin complejos.

-Yo intento siempre crear sin complejos. En Sueños y pan no me he cortado a la hora de mezclar, combinar idiomas, estilos? Yo soy un híbrido, una especie de crisol de todo lo que he vivido, y supongo que ya es una forma de entender la vida y la música.

- ¿Cree que se ha superado con este disco con respecto a Paramales?

-No pienso en esos términos, sino en una carrera de largo recorrido. Ahora lo que me está pasando más bien es que me piden muchas canciones que ya hice y no sé cuánto interés tiene lo nuevo. Si la gente conoce 80 canciones tuyas, ¿para qué quiere diez más? Uno se plantea esas cosas, pero como escribo como un modo de vida, seguiré haciéndolas, gusten más o menos. Luego intentaré ser inteligente para no morirme de hambre (ríe).