Cuando a uno le comunican noticias luctuosas sus primeras y únicas reacciones son movidas por los impulsos emanados del corazón. Son, pues, los sentimientos puros los que brotan, sin que otro tipo de condicionantes puedan llegar a intentar superarlos. A mí me pasó ayer por la mañana eso al serme comunicada la noticia. Voy a hablar de Ángel Gómez Hervada, al que conozco y del que presumo de su amistad.

Ha muerto un defensor de la información y de la amistad. Un gran luchador de la necesidad de mantener conectada y viva a la ciudadanía por medio de la radio. Ha fomentado el diálogo y la posibilidad de entendimiento; y, por ende, la capacidad de lograr acuerdos entre aquellos que opinan diferente. Fue un animoso propulsor de la creación de espacios comunes para el goce y disfrute de las personas. Ha sido un divulgador nato de las nuevas tendencias. Responsable de formar equipos para abordar los temas más diversos. Fue un hombre contrario a las exclusiones y a dejar sin voz a los que no pensaban como él. Se ha ido de manera silenciosa, dejando tras de sí un conjunto innumerable de iniciativas pioneras en el campo radiofónico.

Pero Anca era un hombre generoso, abierto a la amistad por encima de cualquier credo, ideología o planteamiento. Era el prototipo del anfitrión perfecto. Organizaba sin que se notara su mano. Dirigía sin que se apreciara una mueca. Y opinaba de tal forma, que todos los que estaban a su alrededor estuviesen cómodos en la tertulia. Ángel era comprensivo con los disonantes y crítico con los afines. Su forma de entender la vida era un atractivo para los demás. Poseía la difícil cualidad de la amistad cruzada, una proverbial paciencia, y generaba en su empresa una amplia libertad de invención.

Había construido un nuevo rumbo para Radio Coruña, como si fuera un "techo generoso" para la información y formación de los ciudadanos. Se rebelaba contra las desigualdades e injusticias; porque a su juicio no hay leyes, ni mandatos que nos condenen a vivir en condiciones mediocres y en una sociedad estancada.

Ángel marcaba la ruta con una conducción en medio de la pluralidad y desde la diversidad, siempre dispuesto a experimentar. Yo creo que su propósito en la radio se centraba en el despliegue de programas, acciones y proyectos en los que se reivindicaba la solidaridad y la innovación. Por eso, deseaba evitar las incertidumbres y las apuestas inciertas; es decir, se alejaba de pronunciamientos esquivos, promoviendo declaraciones de modernidad, al objeto de contribuir a corregir las actuales informalidades.

Poseía, a mi juicio, ideas codificadas definidas por un canon de libertad y de igualdad de oportunidades a los colectivos que deseaban asomarse en las ondas. Es decir, había inoculado entre los suyos una nueva mirada radiofónica convirtiéndose en el ancla del proyecto. Hoy más que nunca le doy las gracias por sus opiniones, sus apuestas y sus comportamientos. Seguiremos tus pautas.