Pilar Santiago, vecina de las casas de San Vicente de Elviña pegadas a Lavedra y familiar del propietario que fue desalojado hace cuatro años para que se derribase su vivienda, tenía ayer una sensación extraña, con mezcla de emociones, al enterarse del anuncio por el Concello de la modificación en el plan general para desafectar el lugar en el que vive del parque ofimático. "Estoy contenta porque esto significa que se atiende nuestra reclamación. Sigo triste por todo el dolor que pasamos los vecinos. Y tengo dudas porque no sabemos en qué condiciones quedarán nuestras propiedades durante el proceso largo del cambio en el plan general", reconoció.

Al estar su vivienda en el ámbito del plan parcial del ofimático en una zona destinada a equipamientos, Santiago fue obligada a convertirse en promotora de la nueva zona residencial, pero tanto ella como gran parte de los vecinos afectados a uno y otro lado de la avenida se negaron a abandonar sus casas. Hoy lamenta "las prisas de los políticos por echar abajo la casa de Álvaro Corral".