Un acusado de intentar asesinar a puñaladas a su mujer, con la que tuvo una relación sentimental durante 27 años, alegó ayer durante el juicio que el día de los hechos, el 14 de enero de 2017, había consumido alcohol. "No recuerdo nada", aseveró ante el tribunal de la Audiencia Provincial, al tiempo que testificó que el hecho de que su esposa pusiese fin a la relación -hacía dos meses que no convivían- provocó que recayese "en el alcoholismo". La Fiscalía le imputa un delito de asesinato en grado de tentativa, con la agravante de actuación por motivación de género y de parentesco, por lo que reclama que sea condenado a 14 años de cárcel y a la prohibición de comunicarse con la víctima o aproximarse a ella durante 25 años.

El procesado estaba casado con la víctima -formalizaron la separación este año-, con quien tiene dos hijos mayores de edad. En noviembre de 2016 comenzaron a residir en diferentes domicilios, ambos situados en la localidad de Carballo. "Durante el tiempo de convivencia, no consta que se produjeran malos tratos físicos, aunque fueron constantes las discusiones mantenidas, manifestándose por parte del acusado una personalidad posesiva y celosa", señala el fiscal. La mujer declaró ayer en el juicio que en alguna ocasión llegó a advertirle: "De la cárcel se sale, pero del cementerio, no". El imputado negó que la expresión fuese dirigida a ella y sostuvo que la utilizaba cuando escuchaba determinadas noticias en la televisión. Sobre llamarla "zorra", alegó que era una palabra "coloquial".

Durante la madrugada del 14 de enero de 2017, coincidieron en un local de Carballo -no ha sido acreditado que el imputado la buscase, a pesar de que había recorrido otros establecimientos-. El sospechoso se unió al grupo en el que estaba su esposa y sus amigos. La mujer no manifestó oposición a que se quedase con ellos porque trataba de mantener una relación cordial con él. El acusado declaró ayer que esa noche había consumido más de una decena de cervezas y varias copas de whisky. La afectada negó que estuviese bajo los efectos del alcohol y aseveró que su comportamiento esa noche fue "muy correcto".

"Lo conozco cuando se alcoholiza y se pone verbalmente muy violento", subrayó la denunciante, quien contó que la llamaba "constantemente", una vez hasta "21 veces" y le preguntaba con quién estaba. El día de los hechos, según las acusaciones, sobre las 03.30 horas, todos decidieron irse a casa y ella se dirigió sola hacia su coche. La Fiscalía describe en su informe que el procesado la siguió y la atacó "por la espalda con ánimo de acabar con su vida" con un objeto punzante, con el que la pinchó en la espalda, en el costado y en el tórax.

"En ese momento sentí un fuerte dolor, una presión muy fuerte, y otra más, puse el brazo y me dio dos veces. Lo miré y le dije: ¿Qué haces?", testificó la víctima, quien consiguió huir y pedir auxilio. "Las lesiones hubiesen podido alcanzar órganos vitales, sin que alcanzasen mayor profundidad por simple azar", subraya el fiscal, quien asegura que la cazadora de cuero que llevaba la mujer "mitigó lo suficiente la fuerza del agresor en sus golpes, impidiendo una mayor profundidad en sus ataques". El Ministerio público demanda que indemnice a la afectada con 1.180 euros por los días de curación; 5.000 euros por las secuelas; y 30.000 por el daño moral que le causó.