El Comité Antisida Casco cuenta con un Sex Point, en el que Cristian Garza y su compañero ofrecen información sobre educación sexual y autocuidado. Alertan del incremento de infecciones de transmisión sexual en la ciudad.

- ¿Hay chem sex en A Coruña?

-A diferencia de lo que pasa en Madrid o Barcelona, que se convocan por aplicaciones de contactos, como Grindr o Wapo, aquí son grupos cerrados y se usa WhatsApp.

- ¿En qué consisten?

-Son orgías de uno o varios días en los que se mezcla sexo con todo tipo de drogas, desde popper, que se utiliza un montón, hasta mefedrona, que es un fertilizante de plantas, quetamina, que es un tranquilizante de caballos y después las típicas, cocaína, MDMA, Viagra... Normalmente, hay unas normas establecidas al inicio de la sesión, como utilizar preservativo, pero el mayor problema que hay es que, a medida que va avanzando el tiempo y van consumiendo más drogas, se suelen dejar de lado. En Barcelona y Madrid ha habido un incremento de infecciones de transmisión sexual.

- ¿Estas sesiones son mixtas?

-No, solo de hombres. También hay bastante problema por el tema del VIH y la interacción con las drogas, porque las personas que no transmiten el VIH, que son indetectables y que están tomando retrovirales, si consumen ciertas drogas pueden pasar a ser transmisoras del virus sin saberlo. Hay también gente que tiene VIH, no lo dice, y participa en las sesiones.

- ¿Es una moda entre jóvenes o de hombres adultos con cierto poder adquisitivo?

-No es de chavales, aunque las drogas se pueden comprar por internet. Muchas veces, quien lo organiza, lo hace en su casa y los participantes se ponen de acuerdo en qué va a llevar cada uno.

- ¿En el Sex Point han recibido ya alguna consulta derivada de estas sesiones?

-No, porque en A Coruña va todo muy tapado. Es una ciudad pequeña en la que se conoce todo el mundo y no tiene el punto turístico de las ciudades grandes en las que a la gente le da igual.

- ¿Es fácil convencer a los participantes de que se cuiden?

-No, el problema es que la gente tendría que venir a pedir información y, de momento, no ha venido nadie. Nosotros hablamos de ellas, ponemos información en Facebook, hicimos un cómic, damos charlas pero ya son otras edades, son en institutos y colegios. Llegar a este tipo de población es complicado porque no quieren que se sepa que participan en las sesiones. Yo creo que no tardará mucho tiempo en funcionar como en Madrid y Barcelona porque A Coruña tiene un colectivo gay bastante amplio para el tamaño de la ciudad y seguirá aumentando, así que, se empezarán a usar las aplicaciones. A partir de ese momento ya es más cómodo porque nos pueden permitir tener un perfil de la asociación para contestar a sus dudas. Es la única manera de trabajar ahora con esa gente.

- ¿En la ciudad están detectando aumento de infecciones de transmisión sexual?

-Sí, en prácticamente todos los sectores de la población. Hay una estadística en España que dice que el 90% de las mujeres sexualmente activas entre catorce y 19 años tienen o han tenido clamidia. Hay una incidencia muy grande de sífilis y gonorrea en España, sobre todo, en el colectivo gay.

- ¿Irá a más o es cíclico?

-Irá a más, sobre todo, por el tema de la PREP, que se le conoce como la píldora del día antes. El retroviral Truvada se está empezando a utilizar en personas que no tienen VIH, la toman todos los días y, en teoría, les protege en un 90% de contraer el virus. Está en estudio y no está aprobado por Sanidad, pero hay gente que la compra en Londres o en el mercado negro.

- Con esos datos de infecciones de transmisión sexual, ¿cómo está la población a nivel de educación afectivo sexual?

-Fatal. No tiene. Nosotros vamos a colegios y a institutos, damos diversidad sexual, les hablamos de infecciones, les suenan los nombres, pero nada más. Todos hablan del preservativo pero los que tienen pareja estable no lo utilizan. Lo más importante es tomar conciencia. Yo creo que se deberían organizar talleres largos en la etapa educativa. No digo que sea una asignatura, pero tampoco que sean unas sesiones de dos días, como ahora. Nos pasa mucho que, cuando vamos, se asustan y quieren venir a hacerse la prueba del VIH pero, al final, se acaban olvidando porque es un problema, pero no es el más común.

- ¿Se le ha perdido el miedo al VIH?

-Ahora es una enfermedad crónica. Hay mucha gente que sigue pensando que de VIH te mueres, por eso es importante que vengan hasta Casco, que nos pregunten, que se hagan la prueba... La que hacemos nosotros es por una muestra de saliva, se coge con un palito en la boca, se mete en un líquido reactivo y, en veinte minutos, se ve si da positivo. Eso sí, tienen que haber pasado tres meses desde la práctica de riesgo hasta que se haga la prueba porque antes no se detecta.

- ¿Y para las personas que no puedan ir a las instalaciones de Casco?

-Tenemos un WhatsApp, 698 140 251, y también atendemos por Skype, que lo queremos centrar más en las personas que viven en el rural o fuera de A Coruña.

- ¿Cuáles son las dudas más comunes?

-Las de los síntomas de las infecciones de transmisión sexual, aunque ahí no hay mucho que decir porque muchas son asintomáticas, así que, lo que recomendamos es que un par de veces al año se hagan una serología completa, que se la pidan a su médico de cabecera, para descartar porque pueden tener clamidia, que se toman un antibiótico y ya está, pero pueden tener sífilis, que no es ninguna broma. Además, tener infecciones de transmisión sexual es una puerta abierta para el VIH, le facilita un montón el trabajo. Normalmente, los nuevos positivos de VIH tienen otra infección.