Un hombre, su hijo y sus padres octogenarios tuvieron que soportar durante más de un año los ruidos de su vecino del piso de abajo, en la avenida de Monelos. La situación era insostenible e incluso recibieron tratamiento médico por la ansiedad y la falta de descanso. El juez de Penal 4 ha condenado al acusado a ocho meses de cárcel y al pago de 1.080 euros por cometer un delito de coacciones y otro de lesiones, así como al abono de una indemnización de 6.000 euros.

El procesado, según consta en la sentencia, entre junio de 2013 y octubre de 2014, perturbó "la tranquilidad y sosiego" de sus vecinos, quienes tuvieron que soportar "constantes ruidos en su domicilio, tanto de día como de noche". El condenado golpeaba "con un palo o análogo" el techo de las víctimas y "cuando le venía en gana", timbraba "de forma insistente" en su domicilio desde el telefonillo del portal. El sospechoso llegó a llamar más de 1.000 veces al móvil de su vecino desde cabinas telefónicas entre el 27 de diciembre de 2013 y el 27 de enero de 2014. Hacía llamadas perdidas y colgaba.

"Los golpes en el techo eran contundentes y sistemáticos por el día, pasando de una estancia a otra de la vivienda durante la madrugada, privando a sus vecinos del necesario descanso", describe el juez de Penal 4 en el fallo, en el que señala que los perjudicados llamaron a la policía en numerosas ocasiones. Los agentes fueron testigos de los golpes, al igual que otros residentes en el inmueble.

El imputado negó los hechos durante el juicio y manifestó que entre su madre, que falleció en 2003, y los denunciantes había "tiranteces" porque "tendían la ropa muy larga y le privaban de visibilidad en la ventana". Su vecino testificó que los ruidos provenían "con total seguridad" del piso del acusado. Los golpes fueron escuchados en la vista porque las víctimas, quienes sufrieron "una grave perturbación y un estado de ansiedad constante", los grabaron. "El testimonio del denunciante es firme, detallado, persistente, y la verosimilitud de su relato se ve reforzada por el resultado de la prueba", destaca el juez en la sentencia.

El representante del Ministerio público demandaba en su escrito de calificación que el sospechoso fuese penado con un año y medio de cárcel por un delito contra la integridad moral o, alternativamente, con un año de prisión por un delito de coacciones.