El protocolo firmado entre el Ministerio de Fomento y la Xunta refuerza la subasta en solitario del hotel Finisterre con el derecho de uso de La Solana por parte de los clientes del nuevo propietario. El convenio que desarrollará ese protocolo recoge expresamente que quien adquiera el hotel obtendrá "el derecho de uso" de las instalaciones deportivas, con el objetivo de no restar atractivo al Finisterre ante posibles licitadores.

La actual concesionaria advirtió de que la separación de hotel e instalaciones deportivas acarrearía "importantes perjuicios" al negocio del hospedaje. Con ese argumento se opuso al arranque de la modificación del Plan General de Ordenación Municipal planteada por el Ayuntamiento para recalificar la parcela de La Solana como suelo público. A juicio de la concesionaria, la separación de ambos negocios provocaría la pérdida de la categoría del hotel -el único de cinco estrellas abierto en la ciudad-, una bajada de tarifas de las habitaciones y la disminución de su clientela.

El convenio, pendiente de firma tras la rúbrica del protocolo el miércoles pasado, salva ese temor de la actual concesionaria, al garantizar que los clientes del hotel podrán seguir utilizando las instalaciones deportivas de La Solana.

Cuando puso en marcha la subasta conjunta del Finisterre y La Solana en 2016, el Puerto fijó en seis millones de euros el precio de salida de la puja, en la que el hotel se vendería de forma conjunta con el complejo deportivo. Pero cuando el Concello mostró su interés por adquirir el segundo de estos bienes por los 1,4 millones en que fue tasado y la Autoridad Portuaria aplazó en junio la subasta, la empresa arrendataria de ambos hasta el 15 de diciembre de 2027, Inmobiliaria Río Mero, efectuó en julio una oferta de 10 millones por los dos y de 5,7 por La Solana, tras lo que firmó en octubre un acuerdo con el Puerto en el que se comprometía a presentar esa iniciativa.

El protocolo marca como objetivo de la Autoridad Portuaria la obtención de 30 millones antes del final de 2020, ya que el año siguiente debe empezar a amortizar el crédito de 200 millones que suscribió con Puertos del Estado. Para recaudar esa cantidad venderá en primer lugar a la Xunta el 51% de la propiedad de los muelles de Calvo Sotelo y Batería, que deberán ser tasados previamente.

Pero el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció durante la firma del protocolo que su gobierno destinará un máximo de 20 millones a la compra de los muelles, aunque el protocolo no establece una cantidad concreta y remite el valor de venta de ese 51% a una tasación posterior. El acuerdo establece además que la suma obtenida por la venta de los muelles se añadirá a la del hotel Finisterre y que, si entre ambas no alcanzan los 30 millones que precisa el Puerto, la Xunta se compromete a aportar el resto mediante la adquisición de edificabilidad en el muelle de San Diego, aunque no podrá disfrutar de ella antes de 2027, año en que terminan las concesiones vigentes.

La superficie que ocupan el hotel y el complejo deportivo es de 27.249 metros cuadrados, pero solo la correspondiente a La Solana permanecerá como propiedad pública, de acuerdo con el protocolo firmado por Xunta y Fomento. Cuando el Concello conoció la intención de la Autoridad Portuaria de vender el recinto deportivo, inició un procedimiento de modificación del plan general con el fin de devolverle la condición de suelo dotacional público.

Durante el proceso de elaboración de la nueva normativa urbanística, el Gobierno local del Partido Popular cambió la calificación de La Solana, que pasó a ser equipamiento privado aunque de propiedad pública. La iniciativa puesta en marcha ahora por Marea Atlántica dificultaría la compra del complejo en caso de que la Autoridad Portuaria mantuviese su plan inicial de subastarlo, ya que su carácter de suelo dotacional público impondría una serie de limitaciones a los usos a los que se podría destinar.

La concesión del hotel Finisterre y La Solana pertenecen desde su construcción a la empresa Finisterre SA, que explota ambas instalaciones mediante concesiones que obtuvo en 1941, 1945 y 1968. La sociedad pertenece en la actualidad a Inmobiliaria Río Mero, que se la adquirió en 2014 a quienes entonces eran sus propietarios, el Banco Popular y el empresario coruñés Juan Carlos Rodríguez Cebrián, que consiguieron 12,5 millones en esa operación.

Al ser desafectados en el año 2000 como terrenos portuarios ambos bienes, Finisterre pasó a pagar al Puerto un canon anual de 97.766,88 euros, al que debe añadir el IVA y que se actualiza desde entonces cada año en función del IPC. La empresa tiene arrendado el hotel a la cadena Hesperia hasta abril de 2019, la misma fecha en la que concluye el alquiler de La Solana a la firma Metropolitan Spain.