Las selecciones de Portugal y España disputan un duelo con cuentas pendientes, tras el triunfo de la roja en los octavos de final del pasado Mundial de Sudáfrica (1-0), en un amistoso en el Estadio da Luz donde se muestra la Candidatura Ibérica al Mundial 2018.

Un gol de David Villa fulminó las ilusiones portuguesas en Sudáfrica y significó el primer paso a la gloria de España en el Mundial 2010. Fue en la primera eliminatoria a vida o muerte que devolvió las buenas sensaciones a un equipo que jugó en tensión la fase de grupos tras el batacazo inicial y dejó una herida en una selección liderada por Cristiano Ronaldo.

España afronta el último encuentro del mejor año de su historia con la intención de poner el broche de oro. Lanza un mensaje de apuesta por el buen fútbol en cada partido que encara y Vicente del Bosque hasta planea repetir el equipo que disputó la final en Johannesburgo frente a Holanda.

Lo permite la buena evolución del cerebro del conjunto, Xavi Hernández, a quien Del Bosque no forzará por la lesión que arrastra en los tendones de Aquiles de sus dos piernas, que le conduce a medir sus esfuerzos y no disputar varios partidos por semana. Será titular y no acabará el partido. Tiene recambio de garantía. Cesc Fábregas está de vuelta tras perderse por lesión los dos últimos encuentros camino de la Eurocopa 2012.

La única duda a resolver por el seleccionador español era la apuesta por Fernando Llorente o Pedro Rodríguez, aunque ayer se supo que el canario no se entrenó debido a un fuerte dolor abdominal y una gastroenteritis aguda, por lo que es posible que no juegue. Llorente fue el as en la manga que guardaba del Del Bosque. La racha goleadora del gigantón del Athletic Club y su buen papel ante Portugal en el Mundial le dan opciones.

Jugaría entonces David Villa en banda izquierda en un día en el que puede convertirse en el máximo goleador de la historia de la selección, tras igualar en Glasgow a Raúl González con 44 tantos.

El último amistoso disputado por España acabó en goleada dolorosa (4-1). Fue en Buenos Aires, ante Argentina. Sin rodaje, sin entrenamientos y recién iniciada la pretemporada. Con la lección aprendida, en Lisboa, con el estreno de la nueva camiseta, la estrella en el pecho y el emblema de campeón del mundo, los españoles prometen espectáculo. Será en un encuentro que, pese al carácter amistoso y casi festivo entre lusos y españoles, Portugal afronta con una especial motivación, con ganas de vengar la derrota mundialista y deseosa de seguir en la línea ascendente que protagoniza desde que llegó al banquillo Paulo Bento. España es un país que dejó marcado al luso tras cuatro años como futbolista del Oviedo y por ser también la selección en la que debutó como internacional en 1992.