El Barcelona sumó su decimoquinta victoria consecutiva en la Liga y, de paso, vengó la derrota que en la primera vuelta encajó en casa frente al Hércules, en un partido que dominó desde los primeros compases, aunque no sentenció hasta los instantes finales del choque. Pedro abrió el marcador cerca del descanso y Messi marcó por partida doble para finiquitar el duelo en su recta final. El Barça iguala así el récord del Madrid de Alfredo Di Stefano de la temporada 1960-61.

El Barcelona tenía la lección aprendida de lo sucedido en el Camp Nou y desde el primer minuto puso cerco a la portería alicantina en busca del gol que abriera el marcador y echara abajo la resistencia del cuadro local.

Los alicantinos tenían muchas dificultades para tener el balón en sus pies, pero poco a poco supieron frenar mejor las acometidas del Barcelona, que, por su parte, seguía controlando el partido, pero con las ideas menos claras. Eso lo aprovechó el Hércules para dar un zarpazo por medio de David Trezeguet, quien en boca de gol remató fuera cuando la grada ya casi cantaba gol.

Los minutos iban cayendo sin que los de Guardiola consiguieran superar la maraña defensiva de los locales, hasta que, por sexto partido consecutivo, apareció Pedro para marcar. Tras el descanso, y pese a tener ya ventaja, el Barcelona salió a finiquitar el choque. Como en la primera mitad, el dominio azulgrana fue abrumador. Antes de que se hubieran cumplido cinco minutos, David Villa y Xavi rondaron el segundo tanto.

Un gol que llegó a anotar Pedro, aunque le fue anulado por fuera de juego. Al Barça sólo le faltaba concretar sus ocasiones y como sucediera en la primera mitad, el gol llegó en los últimos minutos. Con el Hércules ya con un hombre menos, por la expulsión de Farinós, Messi encontró el camino del gol, primero en una acción individual, a cuatro minutos del final, y luego tras un centro de Alves, cuando quedaba un minuto para la conclusión.