"No hay nada, no hay ninguna oferta", decía el martes Andrés Guardado. Y tenía razón. Su representante, Mario Ordiales, mantuvo una reunión el miércoles por la noche con el presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, en la que estaba previsto que le trasladara alguna propuesta concreta por obtener los servicios del mexicano. Se esperaba mucho de esa cumbre. Todo invitaba a pensar que en ella se comenzaría a tratar la salida del jugador. Sin embargo, el agente no presentó ninguna oferta para que fuese estudiada por el club.

Sí hay equipos interesados, pero aún no pujan de verdad por el futbolista internacional. Al menos, de momento. Así las cosas, la salida de Guardado se complica. El desenlace del culebrón parece que va para largo. Hace semanas el propio Ordiales aseguró públicamente que el centrocampista no jugaría en Segunda y que lo más conveniente para él sería una salida. Le queda un año más de contrato con el Dépor y desde la plaza de Pontevedra también se ve con buenos ojos la opción de un traspaso, aunque en ningún caso se malvenderá al jugador.

La posibilidad de desprenderse de él interesa, y mucho, al club, que de esa manera se ahorraría tener que abonar una de las fichas más altas de la plantilla y de paso ingresaría un dinero por la venta de sus derechos. La mitad de esa cantidad será directamente para Hacienda, por lo que el Dépor -que aún debe dinero al Atlas del fichaje de Guardado en 2007- entiende que la operación sólo resultará ventajosa si es por una suma considerable, superior en todo caso a los seis millones de euros.

Sólo el Benfica y el Sporting de Lisboa llegaron a presentar ofertas concretas por Guardado, si bien lejos de las pretensiones económicas del club coruñés. El futbolista cuenta con un buen cartel no sólo en Portugal, sino también en otras ligas extranjeras como la rusa o la alemana. El Lokomotiv de Moscú y el Schalke 04 son algunos de los clubes que se han interesado por la situación del jugador. En España, se le ha relacionado con el Valencia y últimamente con el Villarreal. En caso de que tuviera que salir, la preferencia de Guardado sería la de continuar su carrera deportiva en el fútbol español. Mientas tanto, el mexicano sigue ejercitándose con normalidad a las órdenes de José Luis Oltra y compitiendo como uno más en los amistosos de pretemporada. Anteayer, en Negreira, fue titular y disputó los primeros cuarenta y cinco minutos.

En su primera rueda de prensa tras sus vacaciones, Guardado aseguró que está dispuesto a jugar en la categoría de plata si es que finalmente permanece en la disciplina blanquiazul para cumplir el año que le queda de contrato. "Yo no tengo ningún problema por jugar en Segunda", zanjó el zurdo, visiblemente molesto por los abucheos que recibió el pasado domingo por parte de un sector del público que acudió a presenciar el amistoso contra el Racing Vilalbés disputado en el campo de A Magdalena. Mañana, en As Pontes, está previsto que vuelva a disfrutar de minutos.