Manuel Hurtado, del Academia Postal Ourense, repitió ayer triunfo en A Coruña 21. El ganador de la anterior edición y plata en 2010 se impuso en el medio maratón herculino con un tiempo de una hora, seis minutos y 46 segundos. El corredor ourensano ganó gracias a sus cambios de ritmo en los kilómetros finales. Antes, un grupo de cuatro se había mantenido en cabeza durante la mayor parte de la prueba. En él, además del bicampeón ourensano, se incrustaron Akka Essaadaoui, Pedro Nimo y Enedino García. Juntos fueron hasta que el académico y el marroquí subieron una marcha cuando ya casi podían avistar la meta en el Cantón Grande. Los dos se jugaron la victoria, en favor de Hurtado, mientras que por detrás, el internacional santiagués fue mejor en la lucha por el bronce que García, que se quedó fuera del podio, aunque subió a él como el primero de los clasificados en la categoría de veteranos. En chicas. Águeda Blanco tomó el relevo de su compañera de equipo en el Comesaña María Yolanda Gutiérrez, ganadora de las últimas ediciones, y venció por delante de Carmen Penas y María Hurtado.

Pero ayer, el gran protagonista fue también el Deportivo. No se pudo escapar nadie al sentimiento blanquiazul que inundó la ciudad. Por mucho que corriera, incluso un medio maratón. A Coruña 21 se disputó por un recorrido flanqueado por banderas, bufandas y camisetas del Deportivo. No es la primera vez que pasa este año. Cuando se celebró el primer maratón coincidió con el derbi en Vigo contra el Celta. Muchos corredores incluso confesaron que querían acabar a tiempo para ver el partido, entre ellos José Sambade, entrenador de porteros deportivistas. Ayer, la media distancia maratoniana se solapó con el choque por el ascenso. Pero hubo tiempo para todo. El fútbol es como una religión para muchos y por eso casa tan bien con el atletismo, sobre todo el popular, el de todos aquellos que por el simple placer de correr se calzan las zapatillas día a día en su cita con la carretera. La habitual horda de populares no se pierde ni una. Volvió a llover, también como en el maratón, pero se pasó lista y no faltó nadie. Desde el 1 al 836 que cerró la nómina -acabó por encima de las dos horas y media-. Y la mayoría con la mente puesta en Riazor. "¡Forza Dépor!", le decían muchos atletas a una niña con la cara pintada con los colores azul y blanco y que pedía insistentemente que le chocaran la mano. Y de igual manera animaban los voluntarios a los que decidieron vestirse la camiseta de su equipo para correr la prueba. Aún así, hubo una participante que se ganó más aplausos que ninguno. Carmen Gómez no venció, es más, llegó en el puesto 830 después de dos horas y 15 minutos de lucha. No lo hizo sola. Cruzó la meta con su inseparable guía, Miguel Castro, que hizo de sus ojos en los 21 kilómetros de la prueba.