Aproximadamente doce horas después de que el Leyma Natura cayese ante el Oviedo, el técnico Tito Díaz se sentó frente al televisor para analizar las virtudes y fallos de su equipo en el primer partido de play off. "No lo hicimos mal pero nos faltó acierto en el lanzamiento exterior", comenta.

A solo cinco minutos para el bocinazo final, el cuadro local miraba a su rival desde doce puntos de distancia, lo que le permitía saborear el triunfo. Pero todo se esfumó como por arte de magia. "Sufrimos un bajón. Fallamos debajo de canasta y muchos tiros liberados. Por si eso fuese poco, Cárdenas -base del Oviedo- entró en racha", recuerda el entrenador, que añade rápidamente que el choque se decidió "a cara o cruz, y al final salió cruz".

Y es que su equipo tuvo bien atado el encuentro, con un gran dominio durante todo el tercer cuarto. "Estuvimos bien en defensa, controlamos el ritmo y Cain (autor de 30 puntos, con un 29 de valoración) tuvo protagonismo porque el equipo lo buscó".

El Básquet Coruña debe ahora "aprender de los errores" para viajar el próximo domingo a Pumarín consciente de que aún puede poner el 1-1 en la eliminatoria. Sabe Tito Díaz que lo importante es trabajar todos juntos, ya que en los últimos dos meses no contaron con la presencia de Ogirri y Castro en el día a día. "Tuvimos que reinventarnos", admite.

No se siente presionado el entrenador del Leyma Natura, sabe que puede reordenar sus piezas para cambiar las tornas en el partido del próximo domingo en tierras asturianas (19.00 horas). "No estoy preocupado. Esta semana vamos a entrenar todos juntos, vamos a crecer y ser mejores en Oviedo".

La ilusión por seguir peleando, pese a todo, permanece intacta. "La eliminatoria está abierta. En mi cabeza tengo claro que volveremos a jugar en Riazor", dice un Tito Díaz muy agradecido con la afición coruñesa. "El público llenó el Palacio, animó y se entregó cuando más falta nos hacía". Su premio podría ser un tercer partido.