El de Celso Borges sería un fichaje para completar el centro del campo, una posición en la que a pesar de la disponibilidad de jugadores que posee Víctor Fernández no ha conseguido afianzarse nadie. Los cambios continuos en los planteamientos del técnico han provocado que por esa zona del campo hayan desfilado varios futbolistas de la plantilla. El único que parecía indiscutible era el bosnio Haris Medunjanin, pero su pobre rendimiento desembocó en su suplencia en Villarreal. José Rodríguez ha alternado la suplencia con la titularidad, Juan Domínguez también y Álex Bergantiños se ha quedado incluso fuera de las convocatorias para regresar ahora a la titularidad. Incluso un jugador inicialmente sin oportunidades como Cezary Wilk se hizo con un hueco en el once durante las últimas jornadas. Borges vendría a ocupar el papel de referencia en el centro del campo del que hasta ahora ha carecido el equipo, pero el club también se mueve en estos días para reforzar otras posiciones.

El entrenador deportivista manifestó recientemente que el equipo ha sido especialmente castigado por las lesiones en la parcela de ataque por lo que descartó la incorporación de un defensa a pesar de la marcha de Diakité tras rescindir su contrato para centrar los esfuerzos en un delantero.

La baja prolongada de Lucas Pérez -solo ha disputado un partido en toda la temporada- y el discreto rendimiento de Toché y Postiga han obligado a la secretaría técnica a buscar un jugador que garantice los goles necesarios para conseguir la permanencia en Primera División. En ese sentido, el club maneja la opción de incorporar a un futbolista dentro de las posibilidades económicas actuales de la entidad o bien lograr la cesión de un jugador que se encuentre en un club importante y que busque minutos en otro equipo.

Esa opción sería la más adecuada para el club, que jugaría también con la posibilidad de que algún delantero tratase de volver al escaparate y de lograr el protagonismo del que carece en otro equipo. Ambas incorporaciones, sin embargo, estarán condicionadas por el estricto control económico al que somete la Liga de Fútbol Profesional (LFP) a los clubs y al margen del que dispone el Deportivo dentro de su tope salarial.