"Los detenidos (en Suiza) utilizaron sus posiciones de confianza para solicitar sobornos a cambio de los derechos comerciales, y lo hicieron una y otra vez, año tras año, torneo tras torneo", denunció ayer la fiscal general de Estados Unidos, Loretta E. Lynch, que compareció en rueda de prensa junto al director del FBI, James B. Comey, y otros altos funcionarios.

Lynch denunció entre otros casos salpicados por el escándalo el proceso de elección de Sudáfrica como sede del Mundial de 2010, que los implicados "corrompieron a través de sobornos para influir en la decisión" del país anfitrión.

La acusación también alega que la corrupción y los sobornos se extendieron a la elección del actual presidente de la FIFA, Joseph Blatter, en 2011, y a los acuerdos relativos al patrocinio de la selección brasileña por una compañía de deportes estadounidense.

Además, según la investigación, la Copa América que se disputará por primera vez en EEUU en 2016 "fue usada como vehículo en una conspiración más amplia para llenar los bolsillos de los ejecutivos con sobornos de un total de 110 millones de dólares", que representan casi un tercio de los costes legítimos de los derechos implicados en los torneos.

"En resumen, estos individuos y organizaciones incurrieron en sobornos para decidir quién televisaría los partidos, dónde tendrían lugar y quién controlaría la organización que supervisa el fútbol a nivel mundial", denunció Lynch.

Agentes del FBI registraron ayer las oficinas de la Confederación de Fútbol del Norte, Centroamérica y el Caribe (CONCACAF) en la ciudad estadounidense de Miami Beach.