El Liceo disputará hoy (12.30) la final de la Supercopa de España ante el Barcelona después de superar al Vic en un duelo que se decidió en la tanda de penaltis. Los catalanes mandaron en el marcador durante muchos minutos, pero la insistencia en buscar la remontada y un gran Jordi Bargalló hicieron que el duelo se fuese a la lotería, en la que los liceístas tuvieron más acierto.

No tuvo su día más lúcido el Liceo ayer. Cuando se quiso dar cuenta, ya había encajado un gol de Font, que sorprendió a Malián con una acción por detrás de la portería que terminó remachando tras volver al área y levantar la bola. Las malas noticias no quedaron ahí y ni un tiempo muerto de Gil evitó que el Vic ampliase su ventaja.

Los rojiblancos tenían dos goles de margen, pero la buena noticia para los verdiblancos era que quedaba casi todo el partido para enmendar su mal inicio, acompañado por el fallo de Toni Pérez en un penalti. Los coruñeses, muy imprecisos, no encontraban huecos en la zaga de los catalanes, que disfrutan con el marcador a su favor y pudiéndose cerrar en defensa.

Así fue hasta el primer descuido del Vic, que dejó a Jordi Bargalló solo en el área. El capitán no lo desaprovechó y batió a Grau después de un gran pase entre líneas de su hermano Pau. El Liceo parecía ver la luz, pero se le volvió a ir momentáneamente poco después cuando el goleador vio una azul por protestar. El Vic no desaprovechó su superioridad y de nuevo Font amplió la ventaja, pero los coruñeses no perdieron la compostura y se acercaron en un fogonazo de César Carballeira cerca del descanso.

A pesar de que Font marcó de falta directa tras la reanudación, este nuevo golpe no minó al Liceo, que aprovechó que el Vic se quedó momentáneamente con solo dos jugadores de pista por una doble tarjeta azul para empatar. Primero marcó Jordi y luego su hermano Pau, este de falta directa. Pero el duelo, cargado de emoción más que de buen juego, todavía no estaba decidido. Mia Ordeig devolvió la ventaja a los locales tras fallar un penalti y Jordi Bargalló apareció por enésima vez para empatar y enviar el partido a la prórroga, justa por el acierto de unos y la insistencia de otros, y en la que no se movió el marcador. En los penaltis, Torres y el dúo Bargalló dieron el pase al Liceo.