En un partido que se le estaba poniendo feo a un Barça al que se le atragantó un eficaz y combativo Villarreal, apareció Neymar, después de haberse peleado con media defensa y el árbitro, y decidió salir en todas las fotos, con dos tantos, uno de belleza extrema, y tras haber cedido a Luis Suárez el lanzamiento de un penalti.

Fue una actuación por la que nadie hubiese apostado, después de una primera parte y un arranque de la segunda, en la que había muchos temores sobre si Neymar acabaría el partido expulsado, por la tensión que se estaba viviendo. Pero al Villarreal la gasolina llegó hasta que Neymar abrió la lata, en el 61 (1-0), y sobre todo tras el gol de Suárez, en un claro penalti de Costa a Munir, para acabar rematando con el tercero azulgrana y segundo de Neymar, en el que ofreció su mejor versión de futbolista comprometido con la plasticidad y el espectáculo.

Antes de vivir con comodidad en el marcador, el Barcelona se había topado ante un rival sólido atrás y sin muchas ganas de tener el balón ni disputárselo a un Barça escaso de ideas y con muchos problemas para superar la primera línea de presión de cinco jugadores que le planteó el técnico Marcelino García. En el arranque del segundo acto, algunos barcelonistas no parecía que se habían relajado en el vestuario, todo lo contrario, ya que en el primer minuto Neymar volvió a caer por los suelos en una acción que no pareció falta y en las protestas Suárez y el brasileño vieron la amarilla. Mejor le fue al Barça cuando intentó jugar a fútbol. Neymar abrió el camino del triunfo con el 1-0 en el minuto 61 y dos después Iniesta tuvo el segundo, pero incomprensiblemente falló. En la contra, el Villarreal también la tuvo cuando Denis Suárez se marchaba solo y Piqué lo derribó, viendo una amarilla, que los rivales solicitaron al árbitro que fuese roja.

En el minuto 70 se le puso de cara el partido al Barcelona por un penalti de libro, en el que Munir controló y Jaime Costa lo arrolló, hecho que le valió la amarilla. Suárez, tras cederle el balón Neymar, marcó desde los once metros (2-0). Neymar, en el 84, redondeó la goleada con el 3-0, el segundo en su cuenta, un tanto soberbio.