La leyenda del rugby neozelandés, Jonah Lomu, considerado uno de los mejores jugadores de la historia, murió en Nueva Zelanda a los 40 años.

Lomu, que visitó la zamarra negra de los All Blacks en 63 ocasiones entre 1994 y 2002, sufrió una enfermedad renal aun siendo jugador en activo, por la que se le tuvo que trasplantar un riñón en 2004.

El doctor de la selección neozelandesa, John Mayhew, confirmó la muerte del exjugador en su casa de Auckland, donde acababa de llegar tras pasar varias semanas en el Reino Unido por la disputa del Mundial y de unas vacaciones en Dubai. "Ha sido totalmente inesperado. Ha muerto repentinamente", dijo.

El doctor no indicó ninguna posible causa de la muerte del exjugador, que durante los últimos diez años tuvo que someterse a tratamientos de diálisis.

Lomu irrumpió como jugador en el Mundial de 1995, donde llegó pocos meses después de debutar con 19 años con Nueva Zelanda, el más joven en hacerlo en 90 años, y su actuación contribuyó a popularizar el rugby a nivel internacional.

En ese campeonato, que Nueva Zelanda perdió en la final con la anfitriona Sudáfrica, Lomu anotó siete ensayos, incluido uno contra Inglaterra que fue elegido como el mejor en la historia de los mundiales.

En total, Lomu logró 15 marcas en mundiales, el mejor registro de la historia hasta que fue igualado este año por el surafricano Bryan Habana.