"Es una piedra en el camino, no hay que darle más vueltas", dice Pablo Aguirregabiria sobre la derrota que sufrió su equipo, el OAR Coruña, el pasado fin de semana contra el Lalín (27-32). Es la primera del curso después de ocho jornadas disputadas, por lo que el balance es muy positivo para los coruñeses.

El técnico asegura que estaban preparados para el golpe, aunque no esperaban que llegase en casa. "El sábado había un ambiente increíble, hasta vinieron gaiteiros a animarnos. En el prepartido tenía los pelos de punta", confiesa. Es por eso que le da "tanta rabia" haber perdido. "Además era el regreso de Borja", que estuvo lesionado doce meses. "Eso era lo importante y queríamos dedicarle la victoria".

El Lalín superó al OAR cuando se encontraba en su mejor momento. "Encontró soluciones a nuestra defensa, cosa que otros no lograron", argumenta. El entrenador no solo atribuye méritos al rival, sino que cree que "no fue el día" de su grupo. "Se jugó muy rápido y tuvimos muchos errores en los pases", reconoce. Intentó cambiar esos fallos en los tiempos muertos, pero fue imposible evitar la derrota aunque él confiaba en la remontada. De todos modos, según Aguirregabiria, "fue un buen partido, de los que merece la pena ver".

Los oaristas retomaron el trabajo "con mucha fuerza" y sin dar demasiada importancia a lo ocurrido. "Vamos a hablar poco y entrenar mucho", comenta, ya que el análisis del encuentro se empezó y acabó en el inmediato postpartido. "Ya está todo dicho, sabíamos que la derrota tenía que llegar en algún momento". Solo pide a sus jugadores "intensidad, intensidad y más intensidad", no solo en los partidos sino también en el trabajo diario.

Ahora el OAR tiene la obligación de volver al camino de la victoria. Mañana (18.30 horas) lo tendrá relativamente fácil pues visita al colista de la competición, el Poio. Aún no ha estrenado su casillero pues perdió en los ocho partidos celebrados. "No podemos relajarnos porque cualquiera puede ganar", avisa el técnico, que considera que su equipo tiene que ser "el que marque el ritmo del partido". "Y que sea muy alto", añade.

Lo que más preocupa a Pablo Aguirregabiria es la ausencia del portero Roberto Casero, que intentará recuperarse para la próxima cita que acoja el pabellón San Francisco Javier (sábado 28 a las 17.00 horas). "Ese sí será un partidazo porque nos visita el Atlético Novás", explica. Un rival que acumula 12 puntos, los mismos que los oaristas. La pelea continúa y los coruñeses esperan saltar muchas piedras.